¿Por qué los niños prefieren la televisión, los videojuegos o el deporte, a la lectura? Porque las primeras actividades requieren menos esfuerzo intelectual. La concentración e imaginación que se necesita para leer un libro, provoca rechazo en los niños. ¿Cómo hacer niños lectores? ¿Existen fórmulas mágicas? Hay que buscar fórmulas positivas para animar a nuestros hijos a la lectura, con el fin de que ésta se convierta en una pasión, en una aventura y no en una carga.
Niños lectores: si tú lees, él lee
«Como ya lee demasiado en el cole, prefiero que en casa, haga los deberes y se distraiga un poco, que también es bueno». Todas las actividades de nuestros hijos tienen que tener un tiempo y un momento adecuado. Pero no pensemos que en el colegio ya leen demasiado. Los profesores, en muchas ocasiones, tienen que ingeniárselas para conseguir esa animación a la lectura en el aula. Por eso, es importante conseguir que nuestros hijos lean en casa, se aficionen, es más, tengan pasión por la lectura.
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Beneficios de la lectura para los niños
En primer lugar, para hacer niños lectores debemos explicar a nuestro hijo por qué es tan importante leer. No basta con decir todos los días, a modo de cantinela «que leas, que te vayas a tu cuarto a leer, no lees nada, no vas a jugar hasta que no leas». Quizás, estas expresiones le resulten a veces algo cargantes, convirtiéndose la lectura en una obligación pesada, en lugar de una pasión agradable, y una actividad entretenida y divertida.
Así, nuestro hijo tiene que ser consciente de que si lee, puede conseguir un montón de beneficios y ventajas:
1. Amplia su vocabulario. Así se podrá relacionar mejor con los demás, mejorará la expresión oral, escrita y la ortografía.
2. Desarrolla la imaginación. De esta manera, podremos explicar mejor las situaciones, lo que nos pasa, describir mejor los hechos, tener más facilidad de palabra.
3. Mejora la concentración y la observación. Concentrarse en algo, en lo que uno está haciendo no es un «rollo». La concentración también te adentra en un mundo mágico y lleno de aventuras. Nadie te molesta, porque solo estás tú, el libro y la historieta.
4. Incrementa la originalidad y la creatividad. Los niños que leen, se diferencian de la «masa». Han volado con las alas de un libro, que es un ejercicio mucho más individual y esforzado que lo de sentarse ante el televisor o una pantalla de cine, y que nos lo den todo hecho. Han utilizado sus facultades y su inteligencia.
5. Ayuda a pensar. Proporciona ideas, palabras, conceptos, toda clase de materia que sirve para pensar con más inteligencia.
6. Nos hace más inteligentes. Al hacer un trabajo intelectual, nos aumenta la cultura y nos pone en acción las funciones mentales, agilizando la inteligencia. Por eso, quien lee, rinde más y saca mejores notas.
7. Despierta aficiones e intereses. Es una puerta abierta por la que nos asomamos a mundos inéditos.
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Fórmulas mágicas para hacer niños lectores
Pero no debemos olvidar que la lectura, en lugar de apasionar a nuestros hijos, les puede resultar un fastidio. Por ejemplo, examinar a los niños sobre un libro leído no es una buena táctica. Algo más positivo, tanto en el aula como en casa, es organizar tertulias o conversaciones sobre las obras: ¿Por qué nos ha gustado ese libro? ¿Qué protagonista es el más valiente y por qué? ¿A quién te gustaría imitar o parecerte? Nuestro hijo tiene que leer para su propia satisfacción y no para rendir cuentas.
Otra de las circunstancias que podrían alejar a nuestros hijos de la lectura es cuando esta actividad se realiza de una forma mecánica, sin comprensión de lo leído. También, si piensa que ese libro tiene muchas páginas, «es demasiado gordo», les puede crear ansiedad y estrés por pensar en todas las horas de esfuerzo que le quedan hasta terminarlo.
Por el contrario, cuando nuestros hijos comienzan un libro, debemos animarles a que sean también protagonistas de su propia lectura, que vuelquen allí sus sentimientos, que opinen, que digan lo que les parece justo, injusto, etc..
En definitiva, lo que aleja a los hijos de los libros es lo siguiente: obligar a leer, utilizar la lectura como castigo, recordar constantemente lo bueno que es leer, echar en cara que no se lee o se lee poco, poner tareas estrictas por cada libro que se lee (como hacer unas fichas cada vez que se lee), relacionar siempre la lectura con lo académico (no sirve solo para sacar mejores notas), exigirles sin convencerles, que terminen un libro que han empezado, o proponer la lectura solo como una alternativa sustitutiva a la televisión, ya que asociará la lectura como algo ingrato.
Cuanto tiempo al día deben dedicar los niños a la lectura
Muchos padres se preguntan cuánto tiempo tiene que leer su hijo al día. Dependiendo de la edad y de las características, cada centro docente fija una serie de minutos al día de lectura, tanto en el aula como en casa.
Un niño de 7 años, es bastante capaz de leer 15 minutos al día, e ir subiendo 10 minutos cada año. Con algunos libros, esos quince minutos se harán eternos y con otros, el tiempo se les pasará volando. Cuando se de el primer caso, debemos explicar a nuestro hijo que, aunque no se haya divertido, por lo menos, ha fortalecido su voluntad, terminando hasta el final el tiempo que se ha propuesto de lectura.
Relajarse y divertirse con la lectura
Así, la lectura tiene que ser un medio para entretenerse, relajarse, divertirse. Muchos padres dan poca importancia a esta cualidad, porque les parece que la lectura es algo serio. Están equivocados. La lectura es una afición para cultivar en el tiempo libre, un hobby para toda la vida. Se ha hablado mucho del placer de leer. Y eso es lo que tiene que ser.
Jaime Márquez
Asesora: Angelina Lamelas, escritora y profesora.
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