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Los juegos de rol: una actividad con mala fama

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Todavía existe un gran desconocimiento sobre lo que son los juegos de rol y no pocos los asocian a mundos lóbregos y amenazas de muerte. Como afirma la Sociedad de Estudios de los Juegos de Estrategia, Simulación y Rol, «cada vez que ocurre un hecho inexplicable en el que se mezclan componentes macabros se utiliza la hipótesis de los juegos de rol, cuando ninguna sentencia judicial admite que estos puedan tener relación».

Efectivamente, los juegos de rol son una actividad con mala fama desde que en 1994 se cometió un terrible asesinato en España, conocido en los medios de comunicación como el «crimen del rol». La alarma social que se generó puede explicarse quizá porque los juegos de rol eran, en aquel momento, desconocidos para la gran mayoría. Si a eso se añade la conmoción que supuso el asesinato de una persona sin ninguna causa aparente, todo ello provocó a la asociación del rol con efectos dañinos para la sociedad y a calificarlos como negativos para el desarrollo de la personalidad.

Un dato: el diagnóstico psicológico efectuado al asesino por los expertos determinó la preexistencia de un trastorno de personalidad psicopática. A pesar de ello, se mantuvo una actitud generalizada de rechazo hacia estos juegos.

¿Qué son los juegos de rol y cómo se juegan?

Según describe Andrés Palomino en su web:

«El juego de rol o Role Playing Game (RPG) consiste en asumir un determinado rol o personalidad e interpretarlo, tal como haría un actor. Los jugadores se reúnen en alguna casa, sin familiares a la vista a ser posible, y con provisión de alimentos y demás para hacer una buena merienda, o algo parecido. (También hay partidas on line y en vivo). Uno de los jugadores asume siempre el papel de director de juego (DJ) o ‘máster’. Esto implica un poco más de trabajo para él que para los demás personajes jugadores (PJs), puesto que se encargará de planificar el argumento de la partida y de guiar a los PJs dentro del mundo que ha creado. Además, debe conocer perfectamente las reglas del juego de rol para poder resolver cualquier situación que se le presente. Así, el ‘máster’ plantea la situación y controla a todos los personajes que existen en el mundo imaginario que ha creado, los denominados Personajes No Jugadores (PNJs) que interactúan con los jugadores (los verdaderos protagonistas).

El 'master' en los juegos de rol

El ‘máster’ se encarga de verificar que los personajes realicen acciones que sean posibles dentro de la situación que él ha inventado. Aunque nos movamos en mundos fantásticos diferentes al nuestro (fantasía medieval, ciencia ficción…), debe haber una serie de reglas y limitaciones para determinar qué puede hacer nuestro personaje.

El ‘máster’ conoce como funciona su mundo y decide que es lo que sucede cuando un PJ intenta hacer algo de la manera más lógica posible. Por ejemplo, un juego de rol medieval fantástico (lo más común) se ambienta en un mundo cuya cotidianidad no es como la nuestra; magia, seres fantásticos, o luchas con espada están a la orden del día. Aún así, esto no quiere decir que cualquiera pueda hacer cualquier cosa.

Cada jugador del juego de rol asume un papel

Cada jugador tiene un personaje definido por una serie de características (tales como fuerza, inteligencia o apariencia) que son elegidas al azar mediante dados. Estas características se recogen en una hoja de papel, la ‘ficha’. Estos datos serán útiles para el ‘máster’ pues esas características determinarán las posibilidades de éxito (o fracaso) que tendrá nuestro personaje. En la mayoría de juegos también se tiene en cuenta la variable azar, tirando dados cuando se quiere ejecutar una acción.

Esta ‘ficha’ no suele incluir detalles sobre la personalidad del personaje, es tarea del jugador darle un carácter y hacer que actúe en consecuencia con su pasado (background). El reto del juego de rol es ser capaz de interpretar a un personaje de forma coherente, asumiendo sus metas y motivaciones y reaccionando ante los acontecimientos tal como lo haría aquél. Esta es la principal diferencia entre los juegos de rol y el resto de juegos de mesa: el jugador no es solo una ficha sin más, se espera de él que interprete su papel como si de un actor se tratase, ya sea un ladrón de poca monta, una poderosa hechicera o un espía internacional.

La partida de rol se convierte, así, en una experiencia gratificante tanto para los PJs como para el ‘máster’, inmersos todos en un mundo de imaginación en el que pueden hacer cosas que nunca podrían hacer en la vida real (y hay que remarcar la diferencia inseparable entre JUEGO DE ROL y REALIDAD; que un jugador interprete a un asesino no quiere decir que luego vaya matando a la gente, de la misma manera que Anthony Hopkins no es Anibal Lecter -aunque Johnny Weissmuller acabó creyéndose Tarzán).

Una vez dentro de la dinámica de los juegos de rol, encontramos otros accesorios, como dados especiales, figuras de plomo y demás, que contribuyen a enriquecer el juego y a crear una atmósfera determinada. De cualquier forma, lo más importante a la hora de jugar a rol es tener mucha, mucha imaginación«.

Ricardo Regidor

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