Como cada año, se acerca la temporada de la gripe estacional, una infección vírica fácilmente transmisible. Se trata de un virus más habitual durante el invierno en el caso de los climas templados, mientras que en los países ubicados en zonas tropicales, la epidemia de gripe puede producirse durante todo el año.
Afecta a millones de personas anualmente, entre el 5 y el 10 por ciento de los adultos y entre el 20 y 30 por ciento de los niños. Además, la gripe provoca entre 3 y 5 millones de casos de patología severa principalmente en mayores de 65 años, datos que señalan la necesidad de despejar ciertas dudas sobre este trastorno: ¿tengo gripe o es sólo un catarro?, ¿debo tomar algo para la fiebre? o ¿es necesario que me vacune?
¿Qué es la gripe?
Consiste en una infección de la nariz, la faringe, los bronquios e incluso llegar a los pulmones, de origen vírico (virus de la influenza), que las personas pueden contraer una vez cada varios años. Como es habitual confundir los síntomas de la gripe con los del resfriado común, cabe señalar que éste último puede afectar a un individuo más de una vez a lo largo del año, mientras la gripe se contrae generalmente una vez cada varios años. Además, la fiebre es más alta en la gripe así como la cefalea y el grado de decaimiento.
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¿Cómo se contagia la gripe?
La gripe se contagia a través de gotas diminutas que expulsa una persona infectada al toser y que inspira otro individuo. Otra vía rápida de propagación es a través de las manos de un paciente con el virus al entrar en contacto físico con otra persona. Por ello, la transmisión es muy rápida entre individuos, sobre todo, en lugares en los que se concentra un número importante de gente, como escuelas, oficinas, colegios mayores o residencias de ancianos, por ejemplo.
No obstante, hay grupos de personas más vulnerables a contagiarse, como es el caso de los niños menores de 2 años, los ancianos y aquellos individuos que por cualquier motivo tienen el sistema inmune debilitado o que ya están aquejados de otros trastornos, como patologías cardiacas, renales, metabólicas, pulmonares o hepáticas, entre otras. Cuando ya se padece la enfermedad de la gripe, algunos consejos para sentirse mejor, te pueden ayudar. Lo más importante es conocer que los antibióticos son ineficaces frente al virus y sólo deben ser prescritos por el médico cuando se complica la gripe con una infección bacteriana.
La vacunación, el arma principal de prevención contra la gripe
Una buena higiene es la clave para reducir la propagación de la gripe. Los enfermos de gripe deben lavarse continuamente sus manos para evitar dejar el virus en objetos que luego usan otros o transmitir el virus directamente al entrar en contacto físico con otros individuos. También es importante taparse la boca a la hora de toser con el fin de evitar que las gotículas infectadas se propaguen por el aire y otras personas las inhalen.
En todo caso, la vacuna de la gripe es la mejor herramienta para disminuir el grado de enfermedad que produce el virus, por lo que las autoridades sanitarias la recomiendan sobre todo para los grupos de población de mayor riesgo. La composición de la vacuna se actualiza cada temporada según las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, por su baja eficacia para prevenir la gripe de un año para otro.
La vacuna de la gripe y los grupos de riesgo
Se aconseja la vacuna para:
– los mayores de 65 años
– las embarazadas
– los niños de entre 6 meses y 5 años
– las personas con patologías crónicas
– los profesionales sanitarios
Dr. Ismael Said Criado. Servicio de Medicina Interna del Hospital La Milagrosa de Madrid
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