Aunque es frecuente que cuando llegan a la etapa adolescente nuestros hijos ya hayan descubierto el amor por la lectura, hay trucos para conseguir que aprendan a disfrutarlo los que aún no lo han hecho. Si un adolescente no está acostumbrado a leer, es poco probable que una tarde cambie el móvil por un libro. Sin embargo, los padres podemos ir animándolo a sumarse al mundo de la lectura.
5 claves para fomentar la lectura en la adolescencia
Agunas de estas claves pueden ser de ayuda para despertar en los jóvenes el interés por la lectura:
1. Libros que les interesen. Hay una amplísima oferta de literatura juvenil que, si bien posiblemente no pasará a la historia de las obras imprescindibles, está pensada y escrita en función de los intereses de los jóvenes. Si ellos quieren empezar por esos libros, no debemos criticar su decisión o corremos el riesgo de provocar un efecto contrario al deseado.
2. Libros en formato cómic. Para los adolescentes que leen muy poco, una buena vía de acceso es el libro en cómic. La producción es muy variada y permite encontrar material interesante. Los jóvenes que han nacido en el entorno audiovisual encontrarán un aliciente en este formato. Desde aquí pasarán a otro.
3. Libros de películas o series de moda. Si ellos ya conocen la trama y a los personajes a través de la pantalla, les será más sencillo introducirse en la lectura.
4. Libros que ellos se compren. Es importante permitir que los adolescentes tengan sus propios ámbitos de libertad y decisión. Podemos acordar con ellos que determinado regalo será un libro y acompañarlos a comprarlo sin participar nosotros en la elección.
5. Libros en formato digital. Si pasan buena parte del día cerca de dispositivos digitales, será más probable que se interesen por un libro que tengan disponible en formato digital.
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Consejos para inculcar el interés por la lectura
A los padres nos corresponden algunas tareas para fomentar esos hábitos por la lectura:
1. Recomendar pero nunca imponer. El libro que tuvo un éxito arrollador en la generación anterior puede resultar un fracaso en esta. Podemos animar a nuestros hijos a leer lo que nos gustó, pero no debemos obligarlos puesto que las modas y los gustos han cambiado. Un libro que no gusta disuade de la lectura.
2. La lectura no puede ser un castigo. Si utilizamos la lectura como arma en contra de otras aficiones o como castigo por no llevar a cabo determinados cometidos, solo conseguiremos que desarrollen una mayor aversión a los libros.
3. Estar informados. Necesitamos conocer las novedades editoriales, interesarnos por el contenido de los libros, por su idoneidad para cada edad y circunstancia para poder ayudar a nuestros hijos con la elección de títulos.
4. El ejemplo de los padres. La educación por el ejemplo no acaba en la infancia. Es importante que los padres mantengan determinadas rutinas para que los hijos las sigan. En una casa en la que nadie lee, los adolescentes están menos interesados por la lectura.
Alicia Gadea
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