Acaban las vacaciones y toca volver al colegio. Cambio de hábitos y de rutinas, multitud de compras y un nuevo acompañante en el día a día de los niños: la mochila del colegio. Los expertos advierten sobre los peligros de que sean demasiado pesadas y recomiendan que nunca superen el 10 por ciento del peso del niño. Es decir, si tu pequeño pesa 35 kilos, su mochila no debe ser de más de 3,5.
El peso excesivo que la mayoría de los escolares cargan en sus mochilas y sobre sus hombros tiene una preocupante consecuencia: las lesiones de espalda. Es por ello que hay que ponerse serio y seguir las recomendaciones de expertos como el fisioterapeuta Samuel Merino: que la mochila no pese demasiado (recordemos, el 10 % del peso del niño) y, mejor optar por las de ruedas.
Planificación del trayecto al colegio: cuidado con la carga
Para evitar las lesiones en la espalda producidas por el peso de la mochila este experto aconseja hacer una «buena planificación» tanto de la mochila como del trayecto que se va a realizar: de este modo, hay que ver qué material escolar meter en la mochila y cuál es prescindible pues, por ejemplo, el diccionario de inglés no hace falta si ese día no toca esa asignatura.
En este sentido son muy positivas las iniciativas puestas en marcha para «dosificar» los libros: un libro que antes servía para el curso entero se ha dividido en tres de menor grosor, de tal forma que cada trimestre se utiliza uno y dos pueden quedarse en casa, por lo que tanto el volumen como el peso de la mochila se aligeran enormemente.
También hay que planificar el recorrido a la escuela si éste se va a realizar andando. De este modo, se debe salir con suficiente tiempo para hacer una pausa durante el recorrido si así se necesita, de tal forma que el camino sea mucho más «liviano» para el niño que carga con los libros.
Tipos de mochila para los niños y cómo llevarla
Como ya hemos avanzado, lo mejor es optar por las mochilas de ruedas. Este experto explica que esta clase de mochila es mejor hasta los 12 años, edad a partir de la cual ya el niño tiene una masa corporal más desarrollada en la espalda y puede llevar mejor las mochilas de espalda.
Aunque a ciertas edades los niños no quieren mochilas de ruedas, hay que convencerles de que es lo mejor para ellos. Este experto explica que un exceso de peso podría provocar «escoliosis y contracturas muy leves», una escoliosis que se puede trabajar para «prevenirla» antes de los 12 años pues, si a partir de entonces se «estructuran», ya se podría convertir en una patología más importante.
Sobre las mochilas de espalda, Merino recomienda que sea de asas anchas y que las asas no se lleven muy largas. La mochila debe quedar bien pegada a los hombros y no a la parte inferior de la espalda, como muchos adolescentes tienden a llevarla. El fisioterapeuta recomienda llevarla con los hombros hacia atrás, la cabeza los más erguida posible y con un ligero balanceo de los brazos mientras se camina.
Si se detecta que el niño tiene «una mala actitud postural» este experto recomienda ponerlo en conocimiento del médico de atención primara y consultar con un fisioterapeuta. EN este sentido, Merino concluye advirtiendo de que las «malas posturas» también se producen al sentarse mal, por lo que recuerda que los hombros siempre deben estar bien posicionados, con la espalda pegada al respaldo de la silla y, muy importante, que los niños se sienten en mesas adaptadas a su edad.
Deporte para evitar lesiones en la espalda
Como forma de evitar las posibles lesiones producidas por el peso de las mochilas escolares este fisioterapeuta recomienda el deporte y, dentro de él, la natación, pues es el más completo. Con la natación los niños pueden «potenciar» su musculatura de la columna vertebral, algo que les ayudará a que su espalda sea «competente», es decir, que esté bien cubierta y, por lo tanto, sea capaz de soportar el peso de la mochila.
Al deporte debe unirse, por supuesto, una alimentación equilibrada con hábitos saludables en la alimentación y el estilo de vida. Es decir, de nuevo se recuerda la importancia de hacer cinco comidas al día y de prestar especial atención al desayuno, que debe incluir los nutrientes más importantes que necesita el niño para el resto del día.
Ángela R. Bonachera
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