Acaban las vacaciones y hay que volver a la realidad: al colegio y su rutina diaria de horarios, clases, actividades extraescolares y, por supuesto, estudio. ¿Cómo establecer los hábitos de estudio en los niños? Especialmente tras las vacaciones de verano, que han estado casi sin horarios, esto puede ser una tarea ardua.
A partir de ahora, los niños tendrán que estar sentados cada día un buen rato haciendo las tareas que los profesores les mandan. Sean más o menos, y tus hijos más o menos rápidos, lo cierto es que volver a coger el hábito de sentarse durante quizá horas es tarea complicada, ¿cómo le ayudamos para que no sea un suplicio para él… y para los padres?
Consejos para crear hábitos de estudio en los más pequeños
1.- Establece hora y lugar. Establecer una rutina para los deberes ayudará a que tu hijo la asiente. Deja que sea tu hijo el que elija el lugar en el que está más cómodo y la hora a la que se concentra mejor, pero asegúrate de que es un lugar tranquilo y alejado de la televisión como principal técnica de estudio.
Es bueno tener en cuenta que no todos los niños son iguales: algunos prefieren acabar las tareas en cuanto llegan a casa, mientras que otros son más de salir a jugar y, después, hacerlos. Es bueno que sean ellos mismos los que decidan cómo hacerlo, pues les hará ser consciente de que es un responsabilidad y, aunque el orden de los factores dé igual, el producto tiene que estar acabado al finalizar el día. Eso sí, en este punto los expertos suelen recomendar no hacer los deberes justo al final del día, pues estresará a los niños y les impedirá dormir bien.
2.- Padres presentes. A la edad a la que comienzan a tener deberes, las tareas son el momento en el que ellos verdaderamente aprenden lo que han visto en el colegio. Estar con ellos les ayudará en ese momento. Así por ejemplo, después de leer el ejercicio juntos, pide a tu hijo que te explique qué es lo que necesita hacer y no le guíes a no ser que él no lo esté entendiendo, pues así incentivarás que aprenda más y mejor.
Los expertos aconsejan estar cerca de los niños mientras hacen sus deberes para que puedan preguntarnos las dudas que les surjan pero, eso sí, nunca respondérselas sin más. Como consejo: quédate cerca pero no encima de él y, si ves que tiene demasiadas dudas porque no lo entiende, habla con su profesor.
3.- No le corrijas. Hemos hablado de responder a sus preguntas, y esto se relaciona con los fallos. Si ves que se equivoca, no le corrijas: si lo haces, al día siguiente el profesor no podrá ver en qué falla para enseñarle correctamente. Ahora bien, sí puedes indicarle que en algún ejercicio hay algo que no está bien para, de este modo, animarle a que sea él el que busque la solución correcta y al encuentre con su propio trabajo y progreso.
4.- Cuidado con la frustración. Por mucho que te esfuerces, los deberes generarán momentos de frustración para los niños si ven que no son capaces de finalizar correctamente algún ejercicio. Tu papel aquí es importante para que enseñes a tu hijo a sobrellevar esta sensación. Por ejemplo, un buen método es tomar un pequeño descanso para despejarse, de tal forma que cuando se vuelve al ejercicio se mira «con otros ojos».
Ángela R. Bonachera
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