¿Cómo podrían bajar los porcentajes de absentismo escolar en los colegios españoles? Esta pregunta se la hacen casi a diario profesores, padres y todos aquellos relacionados con el mundo educativo. Probablemente no haya una única respuesta a esta cuestión, pero una investigación sugiere un interesante camino: mediante la formación emocional.
El estudio, publicado el pasado mes de julio y realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) llama la atención sobre un grave problema en España: el absentismo escolar casi dobla el porcentaje de otros países de la OCDE. En concreto, en nuestro país este indicador se sitúa en el 28 por ciento, mientras que la media del resto de países alcanza el 15 por ciento.
De este modo, las investigadoras María Estrella Alfonso y Cristina Gabarda sostienen que las limitaciones en el desarrollo emocional de los alumnos se pueden asociar con un bajo rendimiento académico, con procesos de trabajo y abandono escolar.
Educación emocional para los estudiantes
El trabajo, que lleva por lema La inteligencia emocional, una herramienta clave para la motivación del estudiante y su rendimiento tiene como conclusión abogar por la necesaria implementación de la Educación Emocional en el currículum de los colegios para, de este modo, aumentar las tasas de rendimiento académico y reducir tanto el fracaso como el absentismo escolar.
Según estas investigadoras, la tasa de absentismo escolar es una de las claves para evaluar la calidad del sistema educativo, un punto en el que España tiene mucho trabajo por delante: el índice de población que nunca falta al colegio es de poco más del 70 por ciento, muy por debajo del 85 por ciento de la media de otros países de la OCDE.
Abandono escolar temprano entre los adolescentes
Otro indicador de los sistemas educativos es el abandono escolar temprano, es decir, jóvenes que tienen entre 18 y 24 años y no están estudiando después de haber completado la etapa obligatoria. En nuestro país se sitúa en casi un 22 por ciento, una cifra que, pese a ser alta, está por debajo del 29,9 por ciento que estuvo hace pocos años. No obstante, es el doble que la media de la Unión Europea (11,1%) y, a su vez, está lejos de la recomendación: el 15 por ciento.
En esta línea, la investigación realizada subraya que el absentismo escolar puede tener repercusiones directas sobre un posible abandono del sistema educativo, llegando incluso a «romper definitivamente con él». Así, las investigadoras aluden al estudio PISA 2012 e indican que los alumnos escolarizados en centros con una alta proporción de estudiantes que falta de forma regular a clase (es decir, absentismo no justificado) «tienden a obtener un peor rendimiento».
Hablando del fracaso escolar, el estudio recoge que España se sitúa en un 14% frente al 16% de media de la OCDE. Aún así, insiste en la necesidad de «llevar a cabo políticas que orienten a la reducción de esta tasa, mediante la motivación del alumnado».
Finalmente, también se han ocupado del rendimiento académico, un punto en el que el informe destaca que en España se mantiene en los niveles europeos en áreas como Ciencias o Lectura, mientras que en el aprendizaje de Matemáticas se sitúa 10 puntos por debajo de la OCDE y cinco por debajo de la media europea, al colocarse en los 484 puntos.
Motivación en clase para los alumnos
El estudio hace un repaso por todos estos datos con un fin muy claro: ahondar en las circunstancias que incentivan tanto el absentismo escolar como el abandono y el fracaso en las escuelas. Al respecto, insiste en sus conclusiones: la implantación de la formación emocional en los planes de estudio aumentaría la motivación y, por lo tanto, permitirá al alumno orientarse en la consecución de las metas y poner en marcha una serie de recursos personales que le permitan alcanzarlas.
El trabajo reitera la «necesaria» implantación de la formación emocional en los planes de estudio por sus «múltiples beneficios». Al respecto, asegura que no tiene beneficios sólo sobre la configuración de la personalidad de los niños, sino también por su efecto sobre el rendimiento y la motivación ya que esta clase de formación permite al alumno conocerse mejor, regular sus emociones y capacidades y mantenerse conectado con lo que realiza.
Aunque muchas veces se dice que «todas las comparaciones son odiosas», es necesario saber cómo lo hacen otros países para ver qué medidas se pueden implementar en nuestro propio sistema educativo. En este punto, el estudio asegura que países como Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda, así como algunos latinoamericanos y africanos, llevan años incorporándola a sus currículos y que esto ha permitido incrementar las tasas de motivación y reducir el fracaso escolar.
En este sentido, las autoras lamentan que en España «sólo se hace una aproximación a la disciplina emocional pero no una verdadera incursión» porque «no está integrada en el currículo» de manera que de momento únicamente los centros escolares de carácter privado los que aplican este tipo de formación, han concluido.
Ángela R. Bonachera
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