El yoga es una práctica oriental que tiene su base en la espiritualidad hindú. Sin entrar en su fondo espiritual, podemos ayudarnos de algunos de los ejercicios que propone para mejorar nuestro estado físico y, al mismo tiempo, descargar nuestra tensión. De la misma manera, podemos ayudar a nuestros hijos al desarrollo piscomotor al mismo tiempo que fomentamos otras capacidades como la concentración o la tranquilidad.
Tal y como explica Naylín Núñez, autora del blog para principiantes ‘Yoga es más’, la infancia es una etapa muy importante en nuestras vidas «y experimentar algo como el yoga en la niñez es maravilloso». De este modo, asegura que este ejercicio «mejora la flexibilidad, da fuerza, coordinación y conciencia corporal, mejora la concentración y la sensación de calma llegándose a sentir más relajados».
Los beneficios del yoga en los niños
Núñez es también monitora de yoga, y cuenta que una vez una primita le pidió que le enseñara algunas posturas. Esta niña, con hiperactividad, poco a poco fue calmándose mientras ejercitaban diversos pasos de este divertido ejercicio. Se trata de una experiencia propia que está totalmente avalada por la ciencia, que ha demostrado que el yoga previene el estrés infantil.
«A través del yoga, los niños ejercitarán su respiración y aprenderán a relajarse para hacer frente al estrés, a las situaciones conflictivas y a la falta de concentración, problemas tan evidentes en la sociedad actual», comentan, por otro lado, desde Eco yoga Festival, que aseguran que este ejercicio ayuda a los niños «en su largo camino hacia el dominio físico y psíquico».
Es esta organización, la que nos proporciona una interesante lista con todos los beneficios que el yoga tiene para los niños:
1- Desarrollo y destreza de los músculos motores.
2- Flexibilidad en las articulaciones.
3- Mejora de los hábitos posturales de la columna vertebral.
4- Masaje de los órganos internos.
5- Mejoría en los hábitos de la respiración.
6- Estimulación de la circulación sanguínea.
7- Mejoría de la autoestima.
8- Baja en el nivel de estrés infantil.
9- Perfeccionamiento de los sentidos.
10- Agilidad y entereza.
11- Calma y relajamiento.
12- Estiramiento.
10- Mejor desarrollo de la atención, concentración, memoria e imaginación.
11- Armonización de la personalidad y el carácter.
12- Oportuna canalización de la energía física.
13- Mejor comprensión e interacción con los demás.
Cuándo comenzar con el yoga
Es común que los padres nos preguntemos a partir de qué edad pueden nuestros hijos comenzar ciertas actividades. En este sentido, los expertos aseguran que los niños pueden comenzar a practicar yoga a partir de los cuatro años. De hecho, es posible que en ciertas academias de yoga encuentres que hay grupos para niños a partir de esa edad, pues cada clase debe estar adaptada a las necesidades de la etapa evolutiva de los niños.
En este sentido, se recomienda a los padres que se fijen bien en las características de los grupos de yoga. «Tratándose de niños, la motivación es un factor muy importante», explican, por lo que es conveniente «que en una clase de yoga no haya más de 15 niños reunidos«, lo que garantizaría que la clase sea personalizada.
«Los niños deben sentirse cómodos y relajados«, agregan desde Eco Yoga Festival, que señalan que los pequeños deben ir vestidos «con ropas holgadas, ligeras, confortables y que les permitan hacer cualquier movimiento con comodidad».
Sobre la hora, los cierto es que aquí no hay limitaciones especiales: el yoga puede ser practicado a cualquier hora del día, pero el mejor horario para su práctica es por la mañana. «Además es recomendable que se evite la ingestión de alimentos sólidos dos horas antes de su práctica», matizan.
Así que no dudes más, es cierto que durante el curso los niños tienen multitud de clases extraescolares, pero una actividad física que, además, les proporcione tal nivel de relajación y de conocimiento de su cuerpo será muy beneficiosa.
Ángela R. Bonachera
Te puede interesar: