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Requisitos de la piscina para los bebés

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Es recomendable que esperes hasta los cinco o seis meses de vida del bebé para llevar a tu pequeño a la piscina, ya que a esta edad habrá desarrollado más su sistema inmunológico. No obstante, recuerda siempre que hasta el año y medio no adquirirá autonomía en el agua.

El miedo al agua se adquiere conforme el niño va creciendo, pero si tu bebé no ha tenido ninguna experiencia negativa con el agua mientras le has bañado, en principio, no tiene porque existir ningún problema para que empiece su actividad acuática de una forma satisfactoria. En cuanto a la natación, hasta los 4 años los niños no están preparados para aprender a nadar.

Si has decidido que aprenda a flotar en una escuela reglamentaria, es muy recomendable que al principio te metas con él en la piscina para inciar su estimulación acuática.

Ante todo, tendrás que darle a tu bebé, mediante un intenso contacto corporal, una sensación de seguridad. Tus manos deben transmitirle confianza ya que, al principio, es posible que muestre algo de malestar por la nueva situación, pero enseguida se sentirá a gusto y empezará a patalear.

Requisitos de la piscina para bebés

Es muy recomendable que la piscina sea cubierta y climatizada porque la temperatura del agua es más acorde a la suya y por supuesto, cumpla con todos los requisitos higiénicos y sanitarios establecidos.

1. Tanto la piscina como los vestuarios deben estar climatizados y cumplir los requisitos higiénico sanitarios establecidos para estas instalaciones.

2. El nivel de cloración del agua debe estar entre el 0,5 y el 0,6 por ciento (frente al 1 por ciento en las de adulto).

Buenas prácticas para ir con tu bebé a la piscina

1. Procura coger siempre al pequeño entre tus brazos y llévatelo al pecho y háblale en tono tranquilizador.

2. El técnico o monitor -cualificado de forma específica para trabajar con niños- os explicará todos los pasos que debéis dar detalladamente, pero recuerda que el verdadero profesor serás tú, ya que el monitor te irá dando pautas y recomendaciones de actuación.

3. Importa más que la experiencia de tu hijo en el agua sea grata, se divierta a que consiga la flotación, que vendrá un tiempo más tarde por si solo. No debes obsesionarte porque tu hijo aprenda técnicas de supervivencia para no ahogarse. Tú siempre deberás permanecer a su lado y controlarlo, puesto que lo principal es que empiece a coger gusto por el agua, y así aprenderá a nadar.

4. Si por miedo o cualquier otro motivo intentas presionar a tu hijo para que consiga objetivos a corto plazo, los efectos que consigas serán probablemente los contrarios a los que buscas. Además, a estas edades los niños perciben todo lo que les rodea de una forma muy intensa.

5. Ten siempre en cuenta que si su experiencia ha sido muy traumática en el agua, esto deja secuelas durante el resto de su vida.

D. Jesús Abiol. Director de BabyGym Chamartín (Madrid). Centro especialista en actividad acuática de bebés

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