Enseñar valores a los niños es esencial si queremos que nuestra sociedad crezca de forma sana. En esta tarea de transmitir a los niños la importancia de ciertas cosas (y la no importancia de otras), las películas pueden ayudarnos. Te traemos varias películas perfectas para educar a los niños en la paz.
Los largometrajes sirven para transmitir ideas y, con ellas, valores importantes: la amistad, el medio ambiente, el respeto o la familia, por ejemplo. Pero mucho más. Sólo hay que saber elegir las mejores y después hablar con los pequeños para que reflexionen sobre aquellas enseñanzas que se pueden extraer de las historias.
Muchas veces, incluso de una película que «sólo» es graciosa se pueden extraer multitud de ideas y enseñanzas que después podemos poner en práctica y recordar cuando nos encontremos con situaciones que pueden ser similares. En el repaso que estamos haciendo de películas para transmitir valores, te seleccionamos unas cuantas para enseñar a los niños el valor de la paz.
Películas para educar a los niños en la paz
Azur y Asmar (2013)
Dos niños son criados en Francia como hermanos. Uno es rico y el otro hijo de la nodriza de la familia. La vida les separa bruscamente pero se reencontrarán cuando Azur decida ir en busca del Hada de los Djins. Fábula sobre la tolerancia realizada por Michel Ocelot, director de «Kirikú y la bruja».
Antz (1998)
Z-4196 es tan sólo una neurótica hormiga obrera macho, una más entre sus millones de hermanas. Después de bailar con la princesa Bala, se enamora de ella, pero se trata de un amor imposible. Convence, sin embargo, a un amigo para que le ceda su puesto en un desfile militar para poder estar cerca de la princesa.
La excavación de un nuevo túnel es supervisada por el general Mandible, una hormiga ambiciosa que convence a la reina de la necesidad de enviar al batallón del hormiguero a la guerra contra las termitas. Y en ese batallón se encuentra el asustadizo y cobarde Z…
Cadena de favores (2000)
Un niño imagina un curioso sistema para mejorar el mundo; hacer favores desinteresadamente. Para sorpresa de todos, la generosa propuesta causa furor entre la gente. Sólo hace falta una cosa: cada persona que reciba un favor, deberá hacer otro a tres personas más, de tal forma que la cadena nunca se pare.
La guerra de los botones (2011)
Mientras tiene lugar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), otra contienda se libra en un rincón del campo francés: dos bandas de chicos de dos aldeas próximas luchan por el dominio de su territorio. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar los botones de la ropa de los prisioneros para que vuelvan a sus casas vencidos y humillados* pero el final es increíble.
El niño con el pijama de rayas (2008)
Es esencial para hablar de los horrores de la guerra y, por ello, la necesidad de buscar siempre la paz, aunque mejor que la veas con niños más mayores. Está ambientada en la II Guerra Mundial. Concretamente en el Berlín de 1942. Bruno tiene ocho años y desconoce el significado de la Solución Final y del Holocausto.
No es consciente de las pavorosas crueldades que su país, en plena guerra mundial, está infringiendo a los pueblos de Europa. Todo lo que sabe es que su padre -recién nombrado comandante de un campo de concentración- ha ascendido en el escalafón, y que ha pasado de vivir en una confortable casa de Berlín a una zona aislada. Todo cambia cuando conoce a Shmuel, un niño judío que vive una extraña existencia paralela al otro lado de la alambrada.
Ángela R. Bonachera
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