Categorías:

Ideas para estimular la autonomía de los niños

Tabla de contenidos

Estimular la autonomía de los niños es fácil si los padres tenemos claro que debemos dejarles hacer cosas solos, aunque al principio se manchen, rompan algo o no hagan las cosas bien. Estas ideas que te proponemos te ayudarán a fomentar su autonomía desde los 2 años del niño.

Trucos para fomentar la autonomía de los niños sin exigir demasiado al principio

Tampoco se trata de exigirle demasiado y, mucho menos, de golpe, porque lo más probable es que se termine desanimando en su camino hacia conseguir la autonomía personal, ante su incapacidad para hacer las cosas perfectamente y a la primera.

Es recomendable que le pidas pequeños resultados al principio para luego, una vez que haya aprendido y tenga más confianza en sí mismo, le puedas exigir cada vez un poquito más. Puedes comenzar pidiéndole que se haga su cama todos los días. Al principio se eternizará y quedará un poco chapucera pero, al cabo de un tiempo, os sorprenderá con su habilidad y rapidez al llevar a cabo en este pequeño encargo.

No caigas en la costumbre de muchos padres de hacerles las cosas a los hijos porque vamos más rápido, lo hacemos mejor, etc. A medio y largo plazo, obtendrás mejores resultados enseñándole, igual que es más rentable educarle. ¿Qué resulta incómodo a priori? Sí, pero merece la pena. Por ejemplo, hay que perder el miedo a que se pueda manchar o hacerse daño, invirtiendo en tiempo y paciencia. Utiliza el juego y descubrirás qué fácil aprenden hábitos simplemente jugando.

Artículo relacionado:
 ¿Cómo saber si estoy sobreprotegiendo a mis hijos?

Claves del éxito para estimular la autonomía de tu hijo

–  Ten paciencia. Al principio, hay que dar tiempo a los niños para que aprendan cómo se deben hacer las cosas.

–   Evita criticarle. Sólo lograrás enfadar o desanimar a tu hijo.

–   Exigencia y cariño. Anímale a hacerlo mejor, sin exigir.

–   Fomenta su iniciativa. Dale nuevas oportunidades para demostrar que cada vez puede hacer más cosas el/ella solito.

–   Anímale constantemente. Conseguirás motivarle para continuar por ese camino.

–   Felicitale por sus logros. Le agtradará saber que cuenta con el reconocimiento de sus padres.

–   Muestrale total confianza. Esa confianza debe sentirla plenamente tanto para tu capacidad como para su disposición a la hora de hacer las cosas bien.

–   Dale nuevas oportunidades continuamente para que pueda ponerse a prueba, situándote siempre en el umbral de las tareas suficientemente difíciles para que le estimulen y suficientemente fáciles para que las pueda realizar y le motiven.

Autonomía, en el día a día es donde más aprenden

Te damos algunas ideas para que vayan haciendo las tareas ellos solos:

–   Entre los 12 y 18 meses puede empezar a comer solo. Cómprale un babero bien grande y disfruta de este momento. Al principio, gran parte irá fuera, pero paciencia, acabará haciéndolo estupendamente. No te impacientes y le des tú la comida, solo lograrás un retroceso en el desarrollo de su autonomía.

–   Tu hijo debe tener un taburete para subirse, de manera que llegue al fregadero o encimera, siempre que quiera ayudarte en la cocina. Si es enérgico puede fregar los cacharros y si es tranquilo que se encargue de secarlos. A partir de 3 ó 4 años.

–   El cuarto de baño es un lugar muy apropiado para desarrollar su independencia. Enséñale a abrir y cerrar los grifos, a utilizar los tapones de la bañera y el lavabo, a que primero ponga agua fría en la bañera, para añadir después la caliente. Conseguirás que prepare su baño sin quemarse. Mientras, que prepare todas sus cosas: la alfombrilla para los pies, el albornoz, las zapatillas, el pijama. Debe ser responsable de sí mismo. Desde los 3 años.

–   Desde muy pequeño (2/3 años) debe aprender a utilizar el picaporte de las puertas y los pestillos, de manera que evitarás que quede encerrado. Los niños sobreprotegidos son los tienen la necesidad de experimentar y acaban encerrados sin saber qué hacer.

–   Puedes convertir el momento de hacer la cama en un juego desde los dos o tres años. Poneros cada uno en un extremo, coger el edredón, o las sábanas, y comenzar a hacer olas con él, a miraros por arriba y abajo, y una vez bien sacudido, lo encajáis en la cama entre los dos. Poco a poco, jugando, le estarás enseñando a hacer su cama. No te preocupes si queda mejor o peor.

–   Al vaciar el lavaplatos, puedes encargarle que ordene los cacharros que van en los armarios más bajos, a partir de los dos años; con 3 ó 4 que comience a ordenar los cubiertos; a los 5 ó 6, subido al taburete te puede ayudar a colocar en los armarios altos. Sin darte cuenta le estás enseñando a clasificar, a asimilar el concepto del volumen, etc., ideas muy importantes para las primeras matemáticas.

–   Te sorprenderá lo que les gusta barrer y fregar el suelo de la casa. Además, le estarás fortaleciendo su psicomotricidad gruesa en mano y muñeca, tan importante después para la escritura.

–   Al vestirse ármate de paciencia y procura que lo haga solo. Abrochar botones desarrolla la psicomotricidad fina, ponerse los zapatos le ayuda a distinguir derecha e izquierda, etc. Llevar a cabo estas pequeñas rutinas diarias cubre la necesidad de tu hijo de independencia, por lo que se quedará absorbido y concentrado en ellas mientras las realiza.

Ana Aznar

Te puede interesar:

8 claves para que los niños sean autónomos

La autonomía de los niños, secretos y objetivos

Los niños prefieren madres que respeten su autonomìa

Mi hijo juega solo: ¿autonomía o aislamiento?

Otros artículos interesantes