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La autonomía de los niños, sus secretos y objetivos

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El secreto de la autonomía de los niños no es más que la repetición de actos cada día y la confianza que les das, de que son capaces de hacer lo que se proponga. Es muy importante fomentar esta nueva autonomía. No sólo madurará sino que, además, desarrollará campos tan vitales como la coordinación o la motricidad.

Como decía Montessori, afamada pedagoga, «todos los niños tienen una mente absorbente, pasan por períodos sensibles, quieren aprender, lo hacen por medio del juego/trabajo, pasan por diversas etapas de desarrollo y quieren ser independientes».

Con dos años, los niños ya pueden comenzar a ser autónomos, es decir, tu hijo ya puede comenzar a ponerse y quitarse la camiseta y los calcetines él solo. Este será su primer paso dentro de otros muchos, que le llevarán a la total independencia. Alrededor de los tres años ya debe ser capaz de vestirse y desvestirse «a su ritmo». 

Objetivo de la autonomía: hacer las cosas por mí mismo

A los dos o tres años tu hijo se encuentra en el período sensitivo del aprendizaje, adentrándose en una edad en la que necesita más independencia y autonomía. Es capaz de realizar nuevas actividades, o salvar pequeñas dificultades, que antes se le resistían.

Por esta razón, debes evitar ser un freno para tu hijo, ya que la autonomía tiene diferentes grados, según su edad. Si el niño desea vestirse él mismo, conviene primero que le enseñes a hacerlo, explicándole para qué sirve cada cosa y luego mucha paciencia, no olvides que necesita su tiempo. Los primeros días tardará horas, para después hacerlo mucho más rápido, adquiriendo de este modo nuevas habilidades de manera gradual.

Por lo tanto, es vital que en esta etapa los padres y los adultos a cargo del niño, le procureis la máxima autonomía y confianza, porque ellos son capaces de hacer solitos muchas de sus tareas diarias.

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Confía en tu hijo para estimular su autonomía

El niño/a que quiere aprender, y se lo impiden, termina creyendo que es incapaz de hacer las cosas por sí mismo. Este fracaso suele conducirle a la pereza y la vaguería. Cada vez que ayudas a tu hijo, haciendo lo que él perfectamente podría realizar, estás deteniendo o desviando su desarrollo. Cualquier padre lo hace con la mejor de sus intenciones, pero sin quererlo impide su progreso.

A estas edades, el papel de los adultos no debe ser el de padres controladores, sino el de padres estimulantes y positivos. Para que tu hijo mejore en autonomía personal, debes alabar y valorar cada pequeño logro que consiga. Así, en su afán por agradar a papá y mamá, no dudará en esforzarse todo lo que pueda a diario.

Potencia su autonomia y permite que disfrute aprendiendo

Si quieres que el aprendizaje de tu hijo sea realmente eficaz, deberás rodearle de un ambiente de serenidad y alegría, para que sea capaz de disfrutar aprendiendo. Las metas que le propongas tienen que ser adecuadas con su desarrollo físico e intelectual. Puedes comenzar trabajando su motricidad gruesa (articula diferentes músculos), subiendo y bajando escaleras, para ir poco a poco conociendo sus limitaciones y posibilidades físicas, desarrollando al máximo su motricidad. Recuerda que esta etapa es el mejor momento para que los niños aprendan, por la esponjosidad de su cerebro y porque quieren aprender. Esta es la razón de que se dé tanta importancia a la estimulación temprana en estas edades.

Consejos para estimular la autonomìa de los niños

–  Todos los niños aprenden a su propio ritmo. Nunca fuerces a tu hijo, sugiere algo, hasta que él muestre interés y quiera intentarlo. Luego dale libertad para realizarlo solito. No te adelantes, porque le insinuarás que realmente no puede.

–  Debes plantearle actividades que inicialmente sean muy sencillas, para que sienta que tiene éxito desde el principio: por ejemplo, doblar una servilleta lo puede hacer perfectamente un niño de dos años. Estarás reforzando su autoestima y animándole a participar en las tareas de su casa.

–   Cuando hagas una actividad con tu hijo, aprovecha para ir explicándole todos los detalles posibles. Puedes mejorar mucho su aprendizaje y aprenderá las palabras que corresponden a sus actividades.

–  Aprovecha el momento del baño. Haz pompas de jabón y muéstrale cómo los reflejos son diferentes en la superficie curva de las burbujas y cómo a veces se puede ver sobre ellas los colores del arco iris.

–  Estimula a tu hijo para que gradualmente te vaya ayudando en todas las tareas de la casa: barrer la cocina, pasar el trapo a los muebles, ordenar los cojines de la sala de estar, llevar la ropa sucia al cesto (aunque la vaya arrastrando por toda la casa), etc. Al principio, iréis mucho más lentos que si lo hicieras tú solo pero, a la larga habrá merecido la pena.

Ana Aznar

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