Los adolescentes lo confesaron: usan demasiado las nuevas tecnologías. Pero, ¿qué hay de los padres? Muchas veces se critica a los jóvenes por su uso constante del teléfono móvil, y se dice que están enganchados a las tecnologías… sin embargo, esta noticia los padres la comparten en Facebook o Twitter a través de su teléfono móvil. ¿Falla algo? Es posible: los niños también sienten que no valen nada cuando ven a sus padres con el móvil.
Porque es cierto, los padres también usamos las nuevas tecnologías, y a veces en exceso… y esto tiene consecuencias para nuestros hijos. En concreto, uno de cada tres niños se sienten insignificantes cuando sus padres usan el teléfono móvil durante las comidas, las conversaciones, viendo la televisión o dando un paseo, según acaba de revelar un estudio.
Los ‘Smartphones’ y la familia
Este estudio ha sido elaborado por AVG Technologies a través de una encuesta a más de 6.000 niños de entre ocho y 13 años de Brasil, Australia, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, República Checa y Estados Unidos, y ha revelado que el 32 por ciento de los niños se sienten insignificantes cuando sus padres se distraen con los teléfonos móviles.
Los niños, según esta encuesta, sienten que tienen que competir contra estas nuevas tecnologías para lograr la atención de sus padres, una observación que, de hecho, coincide con la observada por los mismos padres.
Según el estudio, los hijos son bastante críticos con el uso que sus padres hacen de estos dispositivos, y más de la mitad (el 54 por ciento) cree que sus progenitores abusan de las nuevas tecnologías y dedican demasiado tiempo al teléfono móvil.
Esto pone de relevancia los importantes cambios que estas nuevas tecnologías están ejerciendo en las familias, especialmente a lo que a comunicación entre padres e hijos se refiere. Según explican los autores del informe, el 52 por ciento de los padres estuvieron de acuerdo con lo que habían dicho sus hijos, por lo que se mostraron preocupados por la clase de ejemplo que les estaban dando.
El ejemplo de los padres a los hijos
Por ello, se llama a la necesidad de sentar buenos hábitos en casa desde el principio, pues los niños toman ejemplo de los padres desde siempre y, si ven que estamos todo el día distraídos con el teléfono móvil, ellos harán lo mismo y se perderán mucho de la vida, especialmente la comunicación en familia.
A este respecto, el 25 por ciento de los padres comentó que querría que sus hijos usaran menos el teléfono móvil, algo que se podría conseguir dando ejemplo claro con nuestro comportamiento en el día a día: no podemos hacer lo que no queremos que nuestros hijos hagan.
Los padres y madres necesitamos tomar conciencia de que también usamos el teléfono móvil en exceso, especialmente con aplicaciones como WhatsApp y Telegram. Aunque es cierto que en muchas ocasiones el uso que hacemos de estos dispositivos es educativo o necesario, no es menos verdad que debemos apagarlos más y centrarnos en nuestros hijos para disfrutar más de la vida en familia.
Nomofobia, el miedo a estar sin teléfono móvil
Tomar la decisión a menudo de dejar el teléfono a un lado y atender a nuestros hijos y, en definitiva, vivir la vida a través de nuestros ojos y no de una pantalla será tremendamente positivo para nuestra familia y nuestra salud. Esto puede ayudarnos a aprender a estar sin el teléfono móvil, por lo que reduciríamos las posibilidades de padecer ‘nomofibia‘, el miedo a estar sin teléfono móvil.
Ya en 2012 un estudio aseguró que la mitad de los españoles sufría esta dolencia, caracterizada por el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. No es un asunto menor: según datos del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), los españoles consultamos el móvil una media de 34 veces al día, un uso que se antoja excesivo y que puede desembocar en esta adicción.
Para evitarlo, nada mejor que controlarse: debemos aprender a desprendernos del móvil, comenzando a hacerlo de forma gradual para afrontar las sensaciones que aparecen cuando no estamos con él (como pensar que recibiremos una llamada urgente que, en realidad, nunca llegará).
Esta llamada de atención de los niños sobre la necesidad de prestarles más atención a ellos y menos al móvil es la excusa perfecta para alejarnos de este dispositivo que, si bien es muy útil y cómodo, no debe condicionar nuestra vida.
Ángela R. Bonachera
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