Categorías:

Los beneficios de la natación infantil

Tabla de contenidos

Se dice que la natación es «el deporte más completo», pues mientras se practica se ejercita la musculatura de las piernas, el tronco y los brazos. Asimismo, se hace un trabajo cardiovascular y ayuda a tonificar los músculos. Estos son sus beneficios generales, ¿conoces los que aporta a los niños?

La mejor edad para aprender a nadar

Los bebés pueden ir al agua desde que tienen pocos meses de vida: así aprenden a chapotear y, además, se divierten en el agua mientras aprenden algunas medidas de seguridad como la flotación de supervivencia. Según destacan desde la Academia Estadounidense de Pediatría, alrededor del primer año el niño puede aprender algunos movimientos de natación «rudimentarios, estilo perrito».

Aun así, son claros y tajantes: «hasta que cumple cuatro años no tiene un desarrollo motor suficiente para aprender movimientos de natación coordinados», aseguran para explicar que esta edad es la mejor para aprender a nadar.

Asimismo, hacen un recordatorio importante sobre la seguridad en las piscinas: «es muy importante señalar que el hecho de que tu bebé se sienta relajado en el agua y aprenda a flotar, no quiere decir que esté fuera de peligro de ahogarse. Debes estar siempre junto a tu hijo y, o bien sujetarlo, o tenerlo a la distancia de tu brazo en todo momento», recuerdan.

Los beneficios de la natación infantil

Los beneficios de aprender a nadar

Además de trabajar y ejercitar los músculos, mejorar la coordinación motora y el sistema circulatorio y respiratorio, los niños aprenden independencia y autoconfianza gracias a la natación. Estos son algunos de los principales beneficios de la natación para los niños:

1.- Habilidades psicomotrices, coordinativas y sensoriales dentro y fuera del agua

2.- Corrección de malas posturas

3.- Prevención de lesiones de crecimiento

4.- Ayuda contra el estrés y el déficit de atención, así como estimulación del apetito y del sueño, lo que a su vez mejorará su carácter y comportamiento

5.- Fortalecimiento de pulmones (y sistema respiratorio), huesos y musculatura

Además, se trata de un deporte, por lo que si tu hijo se acostumbra a  practicarlo desde pequeño creará en su vida el hábito del ejercicio y la vida sana, algo que tiene múltiples beneficios para él, como el evitar la obesidad infantil.

Asimismo, hay quienes defienden que el sentimiento de independencia y autoconfianza del bebé les ayuda, asimismo, a despertar su inteligencia y sus habilidades comunicativas con los demás.

Disfruta del agua con tu bebé

Los múltiples beneficios de la natación infantil se derivan de una natación que se disfruta: no es una obligación, ni una tarea que tiene que durar un número determinado de minutos, es una actividad física con la que además lo podéis pasar en grande. Estos son algunos de los métodos recomendados por la Asociación Americana de Pediatría para disfrutar en el agua y que el bebé pierda el miedo.

– Deja a tu bebé jugar con sus juguetes de baño: arroja uno de ellos a algunos centímetros de distancia y deja que lo recupere

– Enseña a tu bebé a hacer burbujas con la boca debajo del agua. «Esto es algo importante que los bebés deben aprender, ya que no pueden tragar agua si están soplando», explican, al tiempo que recomiendan que, en el caso de los bebés más pequeños, puedes optar por «mover un juguete por el agua soplándolo y hacer que te lo devuelva de la misma manera; o al menos que trate de imitar tu soplido».

– Canciones y zambullidas. Este pequeño juego también lo recomiendan desde esta asociación, pues con él lo pasaréis bien y el bebé aprenderá a coger aire antes de entrar en el agua: «Cuando pueda sentarse, generalmente alrededor del sexto mes, sitúalo en el borde de la piscina y cántale una canción infantil que haga alusión a una caída. Cuando llegues a la parte que dice «¡se cayó!» o algo similar, álzalo y mételo ruidosamente en la piscina».

– Patear. Trata que tu pequeño patee en el agua, para que así ejercite las piernas. Una forma es recostándolo de espalda con la cabeza sobre tu hombro.

Ángela R. Bonachera

Te puede interesar:

El ejercicio en la infancia

Ahogamientos: cómo prevenirlos y primeros auxilios

Bebés en el agua: cómo perder el miedo

Otros artículos interesantes