Una de cada cuatro personas usa pareo y/o ropa ancha para disimular y un 16% prefiere no bajar a la playa o a la piscina cuando hay mucha gente para evitar la mirada de otras personas. Nosotros recomendamos seguir el consejo de la nutricionista Sagrario Jiménez: «Hay que aceptarse y, al mismo tiempo, replantearnos cambiar aquello que nos condiciona negativamente o nos incomoda».
La ropa en verano
En verano toca sacar el bañador, lo que para muchos supone un verdadero quebradero de cabeza. Así lo demuestra un estudio social elaborado por Laboratorios Farmacéuticos Rovi, ‘Reflexiones sobre alimentación y salud en la población española’, que afirma que un tercio de los encuestados evita ponerse ropa atrevida, uno de cada cuatro usa pareo y/o ropa ancha para disimular y un 16% prefiere no bajar a la playa o a la piscina cuando hay mucha afluencia de gente para evitar la mirada de otras personas. Por el contrario, si estuvieran en forma se pondrían otro tipo de ropa más ajustada o más corta (65%), se quedarían en ropa de baño sin tanta vergüenza (44%), serían más atrevidos a la hora de ligar (19%) e incluso se plantearían ir a una playa nudista (9%).
El problema del peso en verano
El otro gran complejo a la hora de ponerse el bañador tiene que ver con el exceso de peso. Quién no ha oído hablar o se ha puesto manos a la obra con la llamada «operación bikini». En este sentido, el mismo estudio (‘Reflexiones sobre alimentación y salud en la población española’) constata que el 36% de los españoles confiesa que hace algún tipo de dieta exprés antes de que llegue el verano. Los especialistas advierten de que «con estas dietas se pierde masa muscular y líquidos, no se pierde peso procedente de la grasa, que es lo que sobra, por lo que cuando se vuelve a comer ‘normal’ se recuperan los kilos muy rápidamente y se liberan metabolitos intermedios que son tóxicos para algunos órganos».
La Dieta «Zona»: qué comer y qué no este verano
La Doctora Sagrario Jiménez recomienda seguir un estilo de alimentación saludable llamado ‘La Zona’. Explica que «no es una dieta en sí sino un estilo de vida muy saludable que nos permitirá vivir mejor, más sanos y sin engordar». Este método se basa en la ginesta de hidratos de carbono, proteínas y grasas en la proporción calórica 40-30-30 respectivamente, que, junto al aporte de ácidos grasos omega 3 y de polifenoles, ayuda no sólo a eliminar el exceso de grasa acumulada, sino a retrasar el envejecimiento y a mejorar el rendimiento físico y mental.
Alimentos que reducir o evitar:
Hidratos carbono refinados como el arroz, la pasta, el pan, la pizza o las patatas
Alimentos ricos en grasas saturadas y en grasas trans
Cereales
Quesos grasos y muy curados
Mantequilla y nata
Embutidos
Refrescos azucarados
Dulces
Otros fritos
Alimentos recomendados:
Alimentos integrales
Comidas ricas en grasa de origen vegetal o que procedan del aceite de oliva virgen, del aguacate o de los frutos secos
Frutas y verduras
Pescado azul (rico en omega 3)
¿Qué hábitos nos hacen engordar?
Todo esto explica que un 40% de los españoles engorde durante el verano: uno de cada tres encuestados dice ganar entre 1 y 3 kilos. Además de la ingesta de bebidas alcohólicas (17%), la causa principal de este aumento de peso la encontramos en el «picoteo» entre horas (14%): «cuando se picotea se ingieren demasiados hidratos de carbono lo que va a hacer que entremos en un círculo vicioso que nos incitará a comer sin parar y del que no es fácil escapar. Con este comportamiento ingerimos un exceso de calorías, se dispara la insulina y se favorece la acumulación de grasa y el aumento de la inflamación».
Consejos para facilitar la pérdida de peso
La Doctora Jiménez, experta en nutrición, nos presenta dos pilares fundamentales para poder llevar un estilo de vida saludable este verano:
1. En primer lugar, los polifenoles, que son las sustancias que dan su color a las frutas y verduras: «tienen importantes propiedades antioxidantes, mejoran nuestra inmunidad y gracias a ellos vamos a necesitar menos calorías para conseguir un elevado nivel de energía física y mental».
2. En segundo lugar, hay que tratar de alcanzar un equilibrio entre los ácidos grasos omega-6 y los ácidos grasos omega-3, lo que nos ayudará a reducir el exceso de grasa y tener un menor riesgo de obesidad, diabetes y otras enfermedades relacionadas. Muchos alimentos contienen omega-6, por lo que incluye en tu dieta mucho pescado azul como aporte de omega-3.
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