En general, todos los bebés se adaptan de una manera positiva al medio acuático, pero hay que tener en cuenta que cada uno ha tenido unas experiencias previas, en ocasiones buenas y en otras no, y eso es muy importante a la hora de su adaptación al medio acuático, al entorno que le rodea, a los otros bebés y al profesional que dirija la actividad.
El desarrollo de los bebés en el agua
No todos los bebés y niños evolucionan de la misma manera. Depende mucho de su carácter, de su relación psico-afectiva con sus padres y de su adaptabilidad a los cambios que se efectúan en su vida general. Además, los expertos consideran que no se puede enseñar a nadar a un bebé o niño hasta los cuatro años. Esto es porque todavía no tienen su sistema psicomotriz completamente desarrollado. Sin embargo, hasta los cuatro años se pueden realizar diferentes actividades acuáticas con el niño o bebé muy beneficiosas. Todas estas prácticas ayudan a la estimulación del sistema de psicomotricidad del bebé, así como a la pérdida de miedo al agua, el acercamiento de las relaciones afectivas de los padres con el bebé y la seguridad que aporta saber que tu hijo sabe flotar y chapotear en el agua y más ahora, de cara al verano.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no hay dos niños iguales y no hay dos evoluciones iguales. No se les puede ni se les debe exigir lo mismo a todos. Cada bebé o niño tiene su evolución y hay que respetarla siempre, nunca se debe forzar. El aprendizaje debe de ser positivo y lúdico, si queremos que su relación con el medio acuático sea favorable.
Por último, es importante destacar que no porque el bebé vaya creciendo implica que necesite menos a sus padres, sino que éstos deben acompañarlo en sus descubrimientos y adquisiciones de nuevas habilidades, reforzando así la autoestima del niño y el vínculo afectivo padres-niño.
Ejercicios de psicomotricidad en el agua para bebés
Estos sin algunos ejercicios que podréis realizar con vuestro hijo y que os ayudarán tanto a vosotros para estar más tranquilos, como a él. Le servirán para perder el miedo y ganar confianza, desarrollar la psicomotricidad y que el bebé o niño en el agua se sienta más a gusto.
Bebés de 1 a 2 años
Ejercicio 1: Pedaleo en el agua
Poner un churrito alrededor del bebé, sujetando nosotros los extremos. El bebé se coloca en vertical y se le ponen juguetes en el agua, estimulándole para que se acerque y comience a coger los juguetes. El objetivo de este ejercicio es que el niño vaya adquiriendo la verticalidad, de cara a sus primeros pasos.
– Ejercicio 2 Ya voy solito
Ponerle unas mochilas (corchos) abrochadas en la cintura, cogiéndole de las manitas o bien por detrás, por la espalda, manteniéndole en vertical, se le ponen muchos juguetes por la piscina con el fin de que ellos vayan moviendo las manos, desarrollando equilibrio y comiencen a mover las piernas. Adquirir el equilibrio que necesitará al caminar. La mochila les ayuda a ser autónomos y desplazarse solos por la piscina.
Bebés de 2 a 3 años
– Ejercicio 3: El caballito
Pones un churrito entre las piernas del niño mientras el padre o madre lo sujeta por los extremos y juegan al caballito. El bebé agarra el churro por el extremo delantero y va moviendo las piernas como si caminase.
– Ejercicio 4: Haciendo Surf
El bebé agarra una tabla de flotación con las dos manos, por un extremo, y parte de su cuerpo queda encima de la tabla, como tumbado boca abajo. Las piernas quedan por fuera y tiene que empezar a patalear, salpicando todo lo que pueda. Mamá o papá sujetan la tabla para que no se vaya hacia los lados y luego, poco a poco, lo irá soltando.
Niños de 3 a 4 años
– Ejercicio 5: Nadando como los mayores
En los ejercicios 5 y 6 el objetivo es buscar la horizontalidad para aprender a nadar.
Boca abajo, en horizontal, el niño coge un churro con sus manos, teniendo los brazos bien estirados. Comenzará a dar patadas al agua, como si fuese un motor. Papá o mamá le ayudarán poniendo su mano la tripa, con el fin de subirle el culete. Concretamente, este ejercicio va encaminado a nadar aprendiendo la patada de croll.
– Ejercicio 6: Aprender a flotar
Con papá o mamá. Tumbado sobre uno de ellos boca arriba, o solito, el adulto le pondrá una mano en la cabeza, con el niño mirando al cielo y el resto del cuerpo debe ir solo. Papá le canta o habla suave para relajarle y comienza unos movimientos oscilantes hacia los laterales, muy suaves. Al principio le costará un poquito, hasta que adquiera confianza en sus padres y consiga relajarse. Al final, le vamos soltando, poquito a poco, la mano y flotará solo. Dependerá de cada niño el tiempo que necesite para conseguirlo.
Mónica Campa
Asesora: Laura Cruz. Fisioterapeuta de Valle36.
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