Las malas notas son una realidad bastante extendida. Son muchos los niños y niñas que sacan malas notas. Una vez afrontados los suspensos y conocidas las posibles causas de los mismos nos espera una ardua tarea, la de enfrentarnos a las malas notas y hacerlas frente.
Hacer frente a las malas notas supone actuar sobre las causas y atender a cada situación de manera específica e individualizada para poner freno a los suspensos y conseguir el aprobado.
Cómo abordar el drama de las malas notas
Las malas notas nos indican que algo no está bien, que algo no ha salido bien durante el curso. No debemos tomarnos las malas notas como un drama y convertirlas en un problema mayor o motivo de vergüenza. En lugar de ello, podemos hacer frente a las malas notas conociendo sus causas, actuando sobre las mismas y planificando el estudio durante el verano.
Es fundamental mantener una actitud calmada y constructiva para hacer frente a las malas notas. El primer paso es partir de una actitud adecuada para la búsqueda de soluciones:
1. Después del disgusto inicial, es el momento de ponerse manos a la obra y hacer frente a las malas notas. La planificación y la organización es la clave para unos buenos resultados.
2. Empezar desde el primer día a preparar los exámenes de septiembre, y ser constantes en la preparación son las bases de la planificación que nos llevaran al aprobado.
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Consejos para planificar el verano
– En primer lugar es importante delimitar el problema. No es lo mismo suspender una o dos asignaturas, que suspender cinco. Tampoco es lo mismo suspenderlas con un 4 o con un 2. Todos estos datos son importantes, ya que nos ayudarán a conocer el problema y poder enfocar nuestra actuación a la solución del mismo.
– Una vez delimitado el problema es el momento de mantener una conversación y realizar una planificación conjunta. No se trata de reñir al niño o de obligarle a estudiar. La finalidad de esta planificación es ayudarle a ser consciente de la situación, favoreciendo la solución y haciéndole partícipe de la misma para alcanzar la solución.
– Realiza una planificación con el niño. Los puntos clave a la hora de planificar serán el número de asignaturas pendientes, la cantidad de materia de cada una de ellas, las dificultades encontradas en cada asignatura y el trabajo solicitado para septiembre. Así, por ejemplo para una asignatura con mucha materia y con bastantes dificultades es aconsejable dedicarle un tiempo diario (dependerá del curso y edad del niño, pudiendo variar de 1 a 3 horas al día). En cambio habrá otras asignaturas que, aunque también requieran un trabajo constante, tal vez puedan trabajarse dos o tres días a la semana.
– Es importante que en esta planificación se implique el niño y que no sea impuesta por el adulto. Para ello, déjale que decida ofreciéndole opciones y explicándole las verdaderas necesidades.
– Prepárale su espacio y tiempo de estudio. En ese tiempo es aconsejable que no haya distracciones, como por ejemplo los hermanos jugando, la piscina detrás de la ventana, el móvil, etc. y que disponga de todo lo necesario en el espacio para estudiar.
– Es importante que en la planificación los niños vean periodos de ocio y de descanso. Un horario de verano limitado al estudio puede desmotivar y hacer que pierdan el interés antes de empezar. Para ello puedes proponerles cosas como lo siguiente: «tienes que estudiar un tema al día y hacer una hoja de ejercicios (dependerá de los requisitos de cada uno), y cuando termines puedes ir a la piscina, salir a la calle, ver la tele, etc.)
– Es fundamental mantenerse firme. En lugar de castigos o riñas, son consecuencias negativas. El niño no podrá disfrutar de su tiempo de ocio, tendrá esa consecuencia negativa, si no cumple con lo establecido.
– Por el contrario puedes probar a reforzar sus avances, y cuando alcance lo planeado en su tiempo e incluso antes, reforzarle con alguna actividad para el fin de semana, etc.
– Evita los premios materiales, pueden parecer efectivos, pero nos alejan del sentido del estudio.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende.
Autora de la colección Estimular los procesos de lectura y escritura
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