El nacimiento del bebé es el momento clave para que las parejas avancen en igualdad. Y es que a pesar de que no es su objetivo, las parejas se alejan de la igualdad cuando nace un bebé, tal y como ha revelado un prestigioso estudio internacional llamado TransParent Project, en el que han participado siete universidades, seis de ellas españolas.
Esta investigación dirigida a parejas con dos ingresos, que esperaban su primer hijo, se ha realizado en dos etapas. Concretamente, en el estudio han participado un total de 68 parejas, que fueron entrevistadas por primera vez durante el embarazo en 2011 y, posteriormente, cuando ya habían tenido a su hijo, en el año 2013, cuando el bebé tenía entre 18 y 24 meses de vida.
El objetivo de esta investigación llevada a cabo por siete universidades entre las que figura la Universitat de Girona, la universidad Pública de Navarra, la universidad Pablo Olavide de Sevilla, la Universitat Pompeu Fabra, la UNED, el CSIC y el Observatorio Sociológico del Cambio de París, ha sido acompañar a las parejas durante el tiempo de transición hacia la maternidad y la paternidad para tomar nota de las decisiones que van configurando su vida en pareja respecto al empleo remunerado, el cuidado del bebé y el reparto de tareas domésticas durante los primeros años de vida de su hijo/a.
Los ideales de igualdad de la pareja se rompen con la llegada del bebé
Entre las principales conclusiones del estudio destaca, en primer lugar, que pese a los deseos de igualdad por parte de los dos miembros de la pareja antes de tener su bebé, la realidad es que esto cambia cuando nace y comienza la distinción de roles. En segundo lugar, destaca que es la mujer quien asume el rol de principal cuidadora del niño, un rol que las mujeres llevan asumiendo desde el principio de los tiempos.
Los resultados del trabajo «Ideales igualitarios y planes tradicionales: análisis de parejas primerizas en España«, han sido publicados en la Revista de Investigaciones Sociológica Reis de junio y muestra que:
1. Las mujeres siguen siendo quienes manifiestan una mayor predisposición a adaptar su vida laboral a las necesidades del niño/a.
2. 31 parejas mostraron un reparto igualitario del trabajo doméstico, entendiendo como tal que ellas (o ellos) hacían como máximo el 60% del total de tareas domésticas antes del nacimiento del bebé y la otra parte, como poco, el 40%. Antes de nacer el pequeño, ambos manifestaron su deseo de compartir la crianza del pequeño en términos de igualdad.
3. Tras el nacimiento, casi la mitad de las parejas tendieron hacia un modelo de desigualdad. Esta situación no provocó insatisfacción en los padres, pero sí en las madres que muestran desazón por la menor participación de los padres en la crianza del bebé.
4. De las 68 parejas, pocos son los que comparten la parte transferible del permiso maternal. La mayoría de los hombre se coge los 15 días, mientras que hay 14 que ni siquiera disfrutan de esos días porque temen por su trabajo. En el estudio se señala que «los hombres tienden en mayor medida a evitar el uso de permisos como la excedencia o la reducción de la jornada, aludiendo a la necesidad de mostrar compromiso con el empleo. Asimismo, es frecuente que justifiquen su actitud haciendo referencia al hecho de ser difícilmente sustituibles en su puesto de trabajo, un argumento poco citado por las mujeres». También aluden a la posible penalización laboral, obviando que las madres también se enfrentan a ese problema.
5. La reducción del horario laboral recae normalmente en la mujer alegando que tiene menos ingresos o expectativas laborales inferiores.
Marisol Nuevo Espín
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