Una buena lactancia debe de prepararse ya durante el embarazo. En el período de la gestación, la madre bien controlada, va haciendo reservas de grasa de alrededor de dos a cuatro kilos. Estas reservas son las que servirán para satisfacer, de forma parcial, las necesidades energéticas suplementarias para la producción de leche materna.
Para una buena alimentación materna en la lactancia podemos calcular, que con estas reservas, se suministran de doscientas a trescientas kilocalorías diarias durante los primeros tres meses de la lactancia, el resto deberá ser aportado mediante la alimentación.
El éxito de la lactancia
Salvo algunas excepciones, todas las madres pueden lactar a su hijo. El éxito de la lactancia materna va a depender de algunos factores:
– el deseo y convencimiento de la madre de poder lactar.
– La succión del bebé, que estimulará la secreción.
– La alimentación de la madre, que permitirá la producción de leche en cantidad y calidad suficientes para alimentar al bebé.
El interés por la lactancia materna ha ido aumentando de manera importante en los últimos años, motivado por los descubrimientos científicos que demuestran la superioridad de este tipo de alimentación con respecto a otras fórmulas.
No obstante, es justo señalar que las leches artificiales, son cada vez más completas y suplen, con bastante éxito la lactancia materna cuando esta no es posible.
Necesidades nutricionales de la mujer durante la lactancia materna
Durante el período de lactancia materna las necesidades nutricionales de la madre lactante son superiores a las del embarazo. Hay que tener en cuenta que elaborar un litro de leche supone a la madre un gasto adicional de setecientas kilocalorías, así como unas necesidades incrementadas de aquellos nutrientes que intervienen en la producción de la leche materna: vitaminas, calcio, fósforo y agua.
Es evidente que las necesidades nutricionales de la madre variarán en función de su estado nutricional y de la cantidad de leche secretada. En cualquier caso, hay que recordar que las necesidades energéticas, nutritivas e hídricas, son superiores a las de la mujer gestante y, que en los casos de sobrepeso u obesidad, no será el momento más adecuado para comenzar una dieta hipocalórica.
Recomendaciones dietéticas para madres lactantes
– La ingesta diaria de agua o líquidos como leche, caldos, infusiones o zumos no azucarados, no debe de ser inferior a los dos litros.
– La ingesta diaria de leche o derivados lácteos no debe de ser inferior a un litro. Hay que tener en cuenta que un vaso de leche equivale a dos yogures, o 75 gramos de queso fresco o 40 gramos de queso curado o dos natillas o dos flanes.
– Evita ingerir alimentos que puedan «agriar» el sabor de la leche como pueden ser: la coliflor, la col, la alcachofa, el rábano, el espárrago, la carne de caza y el ajo, cebolla y pimientos crudos.
– Evita bebidas alcohólicas, estimulantes o azucaradas.
– Evita las comidas demasiado condimentadas o demasiado copiosas. Sigue siendo válido el mismo principio que en el embarazo: «no es preciso comer por dos».
Pedro J. Toranzos Carazo. Farmacéutico y Nutricionista
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