El pantalón vaquero sigue siendo el rey de nuestro fondo de armario. Imposible de desterrar. Seguramente no existe otra prenda de ropa tan ponible en todas las estaciones del año y que combine mejor en todos los estilos. ¿Inventarán alguna prenda en el futuro que sea tan ponible, tan cómoda y tan cool como el vaquero? Los vaqueros o jeans nunca pasan de moda.
El vaquero, también llamado jean o tejano, es un pantalón que marca la figura. Invertir en unos buenos vaqueros de marca garantiza que la cremallera funcionará siempre, el denim aunque desgastado siempre se verá de calidad, suelen sentar mucho mejor y tienen mejor presencia.
Lo mejor y lo peor de cada pantalón vaquero
Los pitillo están de moda. Obviamente marcan todo, así que, si eres poseedora de un cuerpo 10, este es tu vaquero. Favorecen bastante a las muy delgadas y a las que tienen las piernas largas, porque suelen acabar en los tobillos. El trasero también se marca más, pero no tienes que renunciar al pitillo porque se pueden llevar con un jersey amplio o un blusón.
Los campana son perfectos para caderas anchas. Si te siguen haciendo apaño, cómpratelos ligeramente acampanados tipo «boot cut» y nunca pegados a los muslos.
Los pata de elefante, la evolución del campana, pero mucho más anchos, disimulan bastante cadera porque empiezan a ensancharse a su altura y no marcan la pierna, pero no son aptos para bajitas.
Los rectos. En realidad son la mejor alternativa al resto de los vaqueros, su corte es el más clásico, ajustadito pero sin ceñir.
Los capri, por debajo de la rodilla. No tienes porque ser alta, también quedan bien si eres bajita. Busca la proporción con el resto de las prendas y asegurarte de lucir unas pantorrillas bonitas.
Los anchos de corte masculino. ¿Quién no llevó en su día los Levi*s 501? Ahora te verías muy masculina, pero lo cierto es que sentaban bastante bien porque eran un pelín holgados y no marcaban excesivamente. Seguramente, cuando se nos pase la fiebre del pitillo los recibiremos como agua de mayo.
Trucos para elegir el vaquero que mejor te sienta
Tengo tripa: hasta hace poco era imposible encontrar un pantalón cuya cinturilla no subiera más arriba de la cadera, ahora sí. Para las triponas, la cinturilla no puede ir, ni a la cintura que te haría una tripa de abuelete, ni a la cadera, porque se te saldría toda la chicha por arriba. Lo ideal es que llegue a la altura del ombligo y te empuje la tripa hacia adentro.
Tengo el trasero plano: trata de buscarlos con bolsillos pequeños (y si son de cartera, mejor) que caigan más arriba de lo normal, nunca bolsillos anchos. Evita los vaqueros flojos o de tela gruesa. Llévalos con tacones porque realzan más el trasero.
Piernas flacas: desteñidos en los muslos.
Piernas anchas: elige vaqueros oscuros y ligeramente acampanados para atraer la atención hacia abajo y compensar la figura.
Piernas más cortas que el talle: alarga tus piernas llevando el bajo hasta el extremo, lleva siempre tacón.
Soy bajita: para que tus piernas se vean más largas, el bajo del pantalón te debe cubrir el pie y nunca está de más llevar un poco de tacón. Trata de evitar las cinturas bajas porque te alargarían el talle y te acortarían las piernas. Olvídate de los vaqueros anchos o campanudos. Los pantalones pesqueros pueden hacerte una figura desproporcionada.
Un gran trasero: aparentemente los ideales para disimular son los de cintura baja porque ópticamente acortan las dimensiones de un trasero generoso. Pero ojo, no es lo mismo que tener grandes caderas, pues con cintura baja las caderas aumentan. En realidad, lo más importante, lleves la cintura que lleves, es que la prenda de arriba no te marque nunca la cintura y caiga a la cadera o más abajo para que no se vea la desproporción.
Marina Echánove. Estilista y escritora
Autora del libro Tu estilo. Las claves de la elegancia, la feminidad y la distinción, de Editorial Palabra
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