Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año se detectan 5.000 nuevos casos en España de cáncer de la piel. Concretamente, en los últimos años, se ha detectado que muchos de los cánceres de piel tienen su origen en la falta de protección adecuada en las zonas más vulnerables como los labios, las orejas o los párpados.
Frente al sol, cuida las zonas sensibles de la cara y el pecho
La concienciación sobre la protección frente al sol entre la población española es cada vez mayor, pero aún queda mucho por hacer para adoptar unos hábitos de protección solar óptimos. La mayoría de la población se protege solamente en verano de la radiación solar cuando acude a la playa o la piscina, pero muy pocos tienen la costumbre de tomar medidas adecuadas a lo largo de todo el año.
Además, hay una tendencia general a descuidar aquellas zonas altamente sensibles, como labios, orejas, nariz o párpados, que a largo plazo podrían propiciar enfermedades dermatológicas como el cáncer de piel. Y es que hay que prestar especial atención a las zonas más sensibles y que están más expuestas a los rayos solares durante todo el año, puesto que el 85% de los tumores malignos aparecen en zonas sensibles de la cara, en el escote y en el cuero cabelludo.
Pilar Pérez Rivas, responsable de formación de Laboratorios Uriage y profesora de UNIR, advierte que «un falso mito es pensar que solamente podemos sufrir los efectos nocivos de los rayos UVA y UVB cuando estamos tumbados al sol, pero también podemos desarrollar células cancerígenas cuando estamos en la ciudad, en un paseo por la montaña o incluso bajo el agua, por lo que es fundamental protegerse los 365 días del año y en cualquier lugar».
Los niños son más vulnerables a las radiaciones solares
La protección solar en los niños es muy importante porque la piel tiene memoria y las quemaduras solares durante la infancia aumentan las posibilidades de desarrollar cáncer en la edad adulta.
Educar a los niños a mantener unos hábitos correctos frente al sol, sobre todo, cuando tienen mayor autonomía es la mejor prevención y consiste en:
1. Utilizar una crema solar con la máxima fotoprotección
2. Aplicar la crema fotoprotectora solar 30 minutos antes de la exposición solar
3. La dosis debe ser homogénea y generosa y repetir la aplicación cada hora o dos horas
4. Conviene evitar las horas centrales del día que son las más dañinas y proteger a los niños con una gorra o sombrero para la exposición en las zonas sensibles de la cara.
5. Un producto es resistente al agua cuando tras dos inmersiones en el agua de 20 minutos, el SPF tiene capacidad para absorber el 50% de la radiación. Por tanto, hay que aplicar el protector con frecuencia, especialmente en niños que entran y salen del agua continuamente.
Los bebés menores de 3 años no deben exponerse al sol, aunque a veces resulta complicado cuando están jugando al aire libre. En este caso, hay que extremar las medidas de protección con gorros, ropa adecuada que cubra todas las partes del cuerpo y fotoprotectores con filtros minerales, ya que los bebés pueden desarrollar sensibilidad a los filtros químicos.
El cuidado de las pieles sensibles frente al sol
La exposición inadecuada al sol puede producir también en alguans personas insolaciones, envejecimiento prematuro de la piel, irritación alergias e incluso agravar ciertas patologías dermatológicas. En los últimos diez años, se ha duplicado el número de casos de personas con piel sensible, afectando a más de la mitad de la población.
Para paliar estos problemas, la solución pasa por usar fotoprotectores específicos para pieles sensibles y reactivas, es decir, cremas solares hipoalergénicas y no comedogénicas, que no incluyen ciertos activos como los parabenos, el octocrileno, el alcohol que aumentan el riesgo de intolerancia.
Marisol Nuevo
Asesora: Pilar Pérez Rivas, responsable de formación de Laboratorios Uriage y profesora de UNIR
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