Asistimos continuamente al fracaso y la ruptura de numerosos matrimonios. Cada uno de ellos deja tras de sí el dolor de muchas personas.
Una de sus consecuencias es la decepción y el desconcierto de los hijos que asisten, normalmente durante años, a una relación entre sus padres que ellos jamás hubiesen elegido: las peleas, los desprecios, los silencios y las malas caras de sus padres; vidas paralelas, la sensación de soledad, la crítica acerca del comportamiento del otro. Los hijos viven con impotencia el panorama que se les presenta, ya que no solemos ser capaces de evitarles el dolor, como lo hacía el protagonista de la «La vida es Bella». Nadie les preguntó si serían capaces de soportar semejante infierno.
Comprensión y respeto
En los matrimonios más sólidos, marido y mujer, no sólo se llevan bien, sino que también respaldan las esperanzas y aspiraciones de su pareja. Dan sentido a su vida en común.
Normalmente, la causa de que los matrimonios se enzarcen en discusiones eternas y se sientan solos no suelen ser si ayudan en casa, mandan flores, ordenan el baño o se acuerdan de las fechas importantes. Son asuntos más profundos los que originan que las pequeñas cosas se magnifiquen, se tornen intensas y dolorosas, mucho más de lo que deberían de ser.
Una de las verdades más sorprendentes sobre el matrimonio es que la mayoría de los desacuerdos matrimoniales no tienen solución. Las parejas pasan años intentando cambiarse el uno al otro, pero eso es imposible. La mayor parte de los desacuerdos están basados en diferencias fundamentales de personalidad, valores o estilo de vida.
Discutir por estas diferencias no es más que una pérdida de tiempo y una forma de dañar la relación. Esto no significa que no se pueda hacer nada si tu relación está inmersa en un conflicto. Lo que significa es que el típico consejo de resolución de conflictos no sirve para nada.
Una vez comprendido por qué los matrimonios fracasan y cómo algunos principios básicos pueden evitar esta tragedia, estarás en el camino de mejorar tu matrimonio para siempre
Lo necesario es comprender las diferencias esenciales que provocan el conflicto entre tu pareja y tú, y aprender a vivir con esas diferencias. Esa es la clave. Sólo podremos dar sentido a la relación honrando y respetando al otro.
Hasta ahora las parejas debían resolver sus problemas siguiendo su propio instinto, o dejándose llevar por la suerte. Sea cual sea el estado de la relación, hay principios que pueden suponer un cambio drástico y positivo en ella. Aprender sobre el fracaso puede impedirte cometer los mismos errores, o repararlos en caso de que los hayas cometido. Una vez comprendido por qué los matrimonios fracasan y cómo algunos principios básicos pueden evitar esta tragedia, estarás en el camino de mejorar tu matrimonio para siempre.
Mónica de Aysa. Master en matrimonio y sexualidad