Los padres podemos enfrentarnos, en ocasiones, a problemas con la tecnología y la relación que nuestros hijos tienen con ella.
Son unos medios con los que tenemos que convivir y, en ocasiones, sufrir, ya que un primer paso para evitar la adicción es saber si tenemos un hijo que abusa de la tecnología.
El uso de las redes sociales en España es uno de los más elevados del mundo; de hecho, somos los terceros, por detrás de Brasil e Italia. Somos los líderes europeos en el uso de la banda ancha desde el móvil. El 16% de los internautas españoles se conecta a internet desde el teléfono, mientras que en Europa lo hace un 7% de media
Detectar la adicción
Por eso tenemos que aprender a distinguir entre lo que es el uso, el abuso y la adicción. El uso es la utilización racional que hacemos de los ordenadores, ya sea para trabajar, estudiar o divertirnos. El abuso es pasarnos un día varias horas frente a la pantalla jugando, chateando o haciendo otras cosas. En ese caso estaremos malgastando nuestro tiempo.
Detectar el problema es complicado, ya que vemos como natural el uso del móvil, el ordenador y el resto de estos aparatos. Aunque en ocasiones pensamos que nuestros hijos abusan de estos, no le damos mayor importancia; nos parece relativamente normal. Ellos pueden intuir que tienen una dependencia, pero tampoco les preocupa.
La adicción es más compleja y sí que es un grave problema. Se presenta cuando los chavales, o los adultos, abusan de forma continuada, sienten una intensa necesidad de utilizar el ordenador o cualquier otro aparato tecnológico, experimentan un inmenso placer mientras están conectados y se deprimen, aburren o están incómodos si están desconectados.
Esta adicción conlleva su correspondiente síndrome de abstinencia, es decir, para tratarlo hay que obligar al afectado a no usarla pero, hoy en día, es prácticamente imposible trabajar sin usar algún aparato informático. No debemos olvidar que en las consultas de los psicólogos españoles están aumentando los casos de adolescentes con problemas de adicción, lo cual ya debería ser una señal de alarma para que desde casa ejerciésemos un mínimo control en el uso de los mismos.
Juanma Romero. Fundador de Adicciones Digitales