Es bastante normal que un niño o un adolescente perciba su dificultad para afrontar un problema de relación con los demás, es decir, que sepa que algo debe hacer para solventarlo, pero no cómo hacerlo. Para superar esa situación es necesario actuar con asertividad, es decir, que los adultos guiemos su comportamiento, analicemos con él la situación, los antecedentes que la caracterizan y las consecuencias.
Para enseñar asertividad, debemos formar «equipo» con él: podemos ensayar con el niño la situación problemática, imaginar cómo nos sentiríamos y escenificar diversas formas de afrontarla. Es importante ofrecer al niño varias alternativas de conducta, ya que ello conlleva que el niño confíe en su capacidad de decisión. También es bueno ponerle al niño ejemplos concretos de casos similares que el adulto conozca y, si puede ser, explicar cómo se superó la situación.
Estrategias para enseñar asertividad a los niños
Los pasos para enseñar a nuestros hijos y alumnos asertividad, es decir, un estilo de relación asertivo pasan por conocer y practicar las siguientes técnicas y estrategias:
– Desarrollo de un lenguaje corporal adecuado
A continuación se indican cinco reglas básicas que podemos practicar delante del espejo:
– Mantener contacto ocular con el interlocutor.
– Mantener una posición erguida del cuerpo.
– Hablar de forma clara, audible y firme.
– No hablar en tono quejoso o de lamentación.
– Para dar mayor énfasis a las palabras, utilizar los gestos y las expresiones del rostro.
– Desarrollo de técnicas para evitar la manipulación
Para llegar a ser una persona asertiva hay que aprender a evitar la manipulación. Inevitablemente, nos encontraremos con personas que pretenden ignorar nuestros deseos y que insisten en desarrollar estratagemas para anularnos. Las técnicas que se describen a continuación son fórmulas que han demostrado ser efectivas para vencer dichas estratagemas y que se pueden dar en las relaciones interpersonales de los adolescentes en sus situaciones cotidianas.
1. Técnica del disco roto. Repite tu punto de vista con calma, sin dejarte distraer por aspectos irrelevantes (Sí, pero… Sí, lo sé, pero mi punto de vista es… Estoy de acuerdo, pero… Sí, pero yo decía…. Bien, pero todavía no me interesa).
2. Técnica del acuerdo asertivo. Responde a la crítica admitiendo que has cometido un error, pero separándolo del hecho de ser una buena o mala persona. (Sí, me olvidé de la cita que teníamos. Por lo general, suelo ser más responsable).
3. Técnica de la pregunta asertiva. Consiste en incitar a la crítica para obtener información que podrá utilizar en su argumentación. (Entiendo que no te guste el modo en que actué el otro día en el patio. ¿Qué fue lo que te molestó? ¿Qué es lo que te molesta de mí que hace que no te guste? ¿Qué hay en mi forma de hablar que te desagrada?)
4. Técnica para procesar el cambio. Desplaza el foco de la discusión hacia el análisis de lo que ocurre entre tu interlocutor y tu, dejando aparte el tema de la misma. (Nos estamos saliendo de la cuestión. Nos vamos a desviar del tema y acabaremos hablando de cosas pasadas. Me parece que estás enfadado).
5. Técnica de la claudicación simulada (Banco de niebla). Aparenta ceder terreno sin cederlo realmente. Muéstrate de acuerdo con el argumento de la otra persona pero no consientas en cambiar de postura (Es posible que tengas razón, seguramente podría ser más generoso, aún así…. Quizá no debería mostrarme tan duro, pero…).
6. Técnica de ignorar. Ignora la razón por la que tu interlocutor parece estar enfadado y aplaza la discusión hasta que éste se haya calmado (Veo que estás muy enojado, así que ya discutiremos esto luego).
7. Técnica del quebrantamiento del proceso. Responde a la crítica que intenta provocar con una sola palabra o con frases lacónicas (Sí… no… quizá).
8. Técnica de la ironía asertiva. Responde positivamente a la crítica hostil (Vaya, gracias…).
9. Técnica del aplazamiento asertivo. Aplaza la respuesta a la afirmación que intenta desafiarte hasta que se sienta tranquilo y capaz de responder a ella apropiadamente. (Prefiero reservarme mi opinión al respecto… No quiero hablar de eso ahora).
Estrategias de bloqueo a las respuestas asertivas
También es útil prepararse contra ciertas estrategias típicas que intentarán bloquear y atacar las respuestas asertivas. Algunas de las más difíciles de encajar suelen ser:
– Reírse. Responder a tu reivindicación con un chiste (¿Sólo tres semanas tarde? ¡Yo he conseguido ser todavía menos puntual!) Utiliza en estos casos la técnica para procesar el cambio (Las bromas nos están apartando del tema) y la del disco roto (Sí…, pero).
– Culpar. Culparte a ti del problema (Eres una creída y no te puedo aguantar) Utiliza la técnica de la claudicación simulada (Puede que tengas razón, pero puedes ayudarme a cambiar).
– Atacar. Consiste en responder a tu afirmación con un ataque personal del siguiente tipo: «¿Quién eres tú para…si eres…!» Las mejores estrategias en estos casos son la técnica de la ironía asertiva (Gracias) junto con la del disco roto o la de ignorar (Veo que estás de mal humor, ya hablaremos más tarde).
– Retrasar. Tu reivindicación es recibida con una «Ahora no, estoy demasiado cansado» o «Puede que en otra ocasión*» Utiliza en estos casos la técnica del disco roto o insiste en fijar una fecha para discutir el asunto.
– Interrogar. Consiste en bloquear cada una de tus afirmaciones con una serie continuada de interrogantes: «¿Por qué me dices eso?… Todavía no sé por qué no quieres ir* ¿Por qué has cambiado de opinión?» La mejor respuesta es utilizar la técnica para procesar el cambio (Porque no es ese el problema. La cuestión es que no quiero ir esta noche).
– Utilizar la autocompasión. Tu reivindicación es recibida con lágrimas y con la acusación implícita de que eres mala amiga. Intenta seguir adelante con tu guión, utilizando la técnica del acuerdo asertivo (Sé que te resulta doloroso, pero tenemos que hacerlo así).
– Buscar sutilezas. La otra persona intenta discutir sobre la legitimidad de tus sentimientos o sobre la magnitud del problema, etc., para así distraer tu atención. Utiliza en estos casos la técnica para procesar el cambio (Nos estamos entreteniendo en sutilezas y apartándonos de la cuestión principal), junto con la reafirmación de tu derecho a sentirte como te sientes.
– Amenazar. Tu interlocutor intenta amenazarte con frases como esta: «Si sigues con la misma cantinela, vas a tener que buscarte otras amigas» Utiliza en estos casos la técnica del quebrantamiento del proceso (Quizá) y la de la pregunta asertiva (¿Por qué te molesta mi petición?) También puedes utilizar la técnica para procesar el cambio (Eso suena a amenaza) o la de ignorar.
– Negar. Consiste en hacerte creer que te equivocas: «Yo no hice eso» o «De verdad que me has malinterpretado» Reafírmate en lo que has observado y experimentado y utiliza la técnica de la claudicación simulada (Puede parecer que estoy equivocado, pero he observado que*).
Ana Barrantes. Autora del blog Neuropsicología y Aprendizaje
Para saber más:
Neuropsicología y Aprendizaje Blog: Yo no me explico, tú no me entiendes
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