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El estrés y la crisis

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Estrés

Foto: THINKSTOCK 
Por Manuel Álvarez Romero, Director Centro Médico Psicosomático de Sevilla
     

La crisis económica que atravesamos, está afectando a la integridad de las personas de tal forma que, además de transmitir inquietudes y riesgos, puede acabar en un estado de desesperanza la peor de sus consecuencias porque  al quitar las ganas de vivir, viene a ser una anorexia vital con todos los riesgos que conlleva.

Disminuir el sufrimiento

Según los últimos datos presentados en el XLIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática, Teruel, hace dos meses, el número de consultas de atención médica, psicoterapéutica o psiquiátrica ha crecido en torno a un 12 por ciento en los dos últimos años. Los procesos más frecuentes son las crisis de pánico y las depresiones recidivantes por la sobrecarga vivida: falta de ingresos económicos, ruina, paro y temor al futuro…

Algunas personas llegan al estado de desesperanza racional, actitud vital que se retroalimenta con la vivencia negativa, día tras día, de los datos que recibe. De esta forma, hay un progresivo gasto de neurotransmisores, en las redes neuronales que generando un saldo negativo, da lugar a cuadros psicopatológicos, especialmente depresivos.


En muchos casos el paciente experimenta que algo le pasa pero, con frecuencia, se le dice que no tiene nada. En estos casos es la Psicosomática quien se ocupa, precisamente, de eso que le ocurre al paciente, que lo sufre pero lo expresa con gran dificultad.


En el ejercicio de la Psicosomática se resalta el papel que tiene lo psicológico en el enfermar humano. De ahí la necesidad de reducir el dolor de los pacientes con la escucha, los fármacos, la relajación y la información, pero, sobre todo, aportando la dotación de sentido cuando ese sufrimiento ha de ser soportado sin que se pueda disminuir.

Una de las novedosas técnicas que solemos utilizar en las consultas es la Coherencia Cardiaca, cuyos resultados están resultando muy satisfactorios, al enseñar a controlar y eliminar el estrés, así como observar y medir los progresos en la regulación de la Variabilidad de la frecuencia cardiaca en tiempo real. Sus resultados crecen si se combina con el apoyo de psicoterapia cognitivo-conductual.

No obstante, la crisis puede dar lugar a la resiliencia o capacidad para seguir proyectándose en el futuro pese a los acontecimientos desestabilizadores, convirtiéndose así en ocasión de enriquecimiento personal.

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