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4 consejos para el sueño del recién nacido

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Si tu pequeño tiene cambiados los patrones del sueño y está despierto por la noche y duerme durante el día, algo hay que hacer. Quizás con pequeñas rutinas puedas enderezar por su bien y el del resto de la familia su ciclo de sueño: acostarle siempre a la misma hora, establecer rutinas para que vaya relacionando el momento del sueño, no evitar los ruidos propios de cada día… pueden ayudar a tu bebé a diferenciar el día de la noche.

4 consejos para la rutina de sueño del recién nacido

1.  Identifica si sufre insomnio

En primer lugar, no hay que dejarse llevar por el desasosiego. La mayoría de los casos de niños con el sueño cambiado terminan desapareciendo por sí solos y no requieren tomar medida alguna. Hay que tener en cuenta que el bebé necesita acostumbrarse al nuevo ambiente que le rodea. Ya no recibe el alimento de igual manera, su mundo ha cambiado por completo, los sonidos le resultan totalmente diferentes y extraños e incluso, se ve obligado a adaptarse a los ciclos de luz y oscuridad que antes no existían para él.

Debemos considerar que existe un trastorno del sueño cuando nuestro hijo se despierta prácticamente todos los días, tres y cuatro veces por noche. Además, tiene que darse la circunstancia de que se mantendrá despierto durante más de 20 minutos y sea incapaz de volver a dormirse sin ayuda. Este tipo de situaciones suelen ser causadas por algún trastorno físico que impide al bebé conciliar el sueño.

Si nuestro hijo está echando los dientes, se encuentra enfermo, escocido o pasa mucho calor porque le abrigamos demasiado, lo más probable es que no pueda conciliar el sueño.
Para evitarlo, habrá que averiguar lo antes posible cuál es el problema que tanto molesta al bebé. Para ello, tendremos que fijarnos atentamente en las señales que se manifiestan.

2.  Crea un escenario acorde para la situación

Enseñarle a dormirse puede llegar a convertirse en todo un reto que sólo podremos superar si nos armamos de infinita paciencia y ternura. Para que el bebé adquiera unos buenos hábitos nocturnos, tendrá que comenzar a identificar una serie de mensajes: falta de movimiento en casa, oscuridad, silencio… En la medida en que el significado de cada situación irá adaptándose a la rutina familiar.

3.  Establece unos hábitos noturnos

Si antes de dormir mantenemos siempre las mismas pautas, o lo que es lo mismo, transformamos el momento de dormir en un auténtico ritual, el bebé irá comenzando a comprender y respetar los horarios. Es necesario habituarle a que después del baño viene la cena; tras ellos, la nana, y por último, el momento de dormir.

La mayoría de los recién nacidos son incapaces de dormir de un tirón toda la noche. Precisamente por ello, debemos darle la oportunidad a nuestro hijo de volver a conciliar el sueño sin ningún tipo de ayuda. Sólo en el caso de que no se calme tendremos que acompañarle durante un rato. Hablarle en voz baja, acariciarle la cabecita o tenderle nuestra mano para que nos agarre los dedos son algunos trucos que pueden ayudarle a sentirse más seguro. En cualquier caso, habrá que evitar sacarle de la cuna. Si le acostumbramos a ello, será incapaz de acostumbrarse a conciliar el sueño él solo.

4.   Pide ayuda a un experto

Si a pesar de todos nuestros esfuerzos el «ritual» no surte efecto, tendremos que consultar con el pediatra las posibles soluciones o, incluso, la conveniencia de someter al bebé a un reconocimiento exhaustivo. En cualquier caso, modificar sus hábitos nocturnos requerirá cierto tiempo, perseverancia y mucha dedicación.

Teresa Pereda

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