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Aprender a andar, los primeros pasos del bebé

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Aprender a andar es el resultado de un largo proceso que da comienzo en el mismo momento de nacer y que recorre unas etapas fundamentales ¡que podemos estimular! Todas ellas llevan a conseguir el dominio de dos aspectos básicos: la maduración neurológica del bebé y la técnica del ensayo-error.

Para que un bebé pueda aprender a andar, a dar sus primeros pasos, por un lado, necesita conseguir un cierto grado de maduración neurológica, ya que andar y controlar todos los movimientos que permiten poner un pie delante del otro supone un grado importante del desarrollo del cerebro.

Por otro lado, la técnica del ensayo-error es muy importante, ya que.para aprender a andar hay que caerse muchas veces, ensayar determinadas posturas y arriesgarse.

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Etapas fundamentales para aprender a andar

Durante el primer año de vida, el área motora del bebé evolucionará hasta permitir que nuestro pequeño pueda andar. Pasará desde un estado de postración total a una postura erecta. Y en poco tiempo, podrá correr, saltar, subir y bajar escalones. Cada uno de estos movimientos conlleva gran complejidad. Para poder ejecutarlos, y para poder andar primero, el bebé tiene que aprender a controlar distintas partes de su cuerpo, y para ello, debe alcanzar el desarrollo muscular adecuado, tener sentido del equilibrio, etc.

El desarrollo del área motora de los bebés pasa por unas etapas que hay que conocer para poder ayudarles a pasarlas de la manera más eficaz posible.

– Control de la columna vertebral. El dominio que el bebé ejerce sobre su columna es el primero que aparece cronológicamente.
– Refuerzo de los reflejos de apoyo, marcha y, sobre todo, gateo. Hay que tener en cuenta que el gateo es el primer método de marcha que utiliza el niño y es fundamental para obtener  una madurez ósea de piernas, brazos, columna y una coordinación de movimientos.
– Control del tobillo. La planta del pie debe reposar de manera correcta en el suelo para evitar deformaciones secundarias. Cuado vaya siendo capaz de dar los primeros pasos, el apoyo consistirá en colocarle un calzado adecuado con refuerzos en el talón y los tobillos.
– Afianzamiento de sus propios movimientos. Uno de los procedimientos de aprendizaje más usuales  a esta edad es la imitación del adulto, así que nosotros debemos simplemente mostrar cómo andamos. Para ello debemos tener en cuenta que el punto más importante del peso  para el mantenimiento del equilibrio es la flexión de la rodilla.

Motricidad fina para los primeros pasos del bebé

Todo lo que suponga forzar o cansar al niño  repercutirá en problemas de salud, por lo que debemos dejar que sea él mismo quien se administre el tiempo para cada ejercicio. Para ello, podemos dejarlo en el suelo, cerca de algún mueble que le sirva de apoyo o, simplemente, donde tenga espacio suficiente para ejercitarse en el proceso de marcha sin ningún riesgo al comienzo.

La motricidad tiene un segundo paso tan importante como el control de marcha, que es el denominado motricidad fina. Dentro de este tipo de motricidad se encuentra la coordinación óculo-manual, que consiste en aprender a coger objetos. La motricidad fina es fundamental para aprendizajes de orden superior, como aprender a leer o escribir, o para el manejo de pequeños instrumentos.

Ejercicios para estimular al bebé a andar

1. Con los pies. El bebé no ha aprendido  todavía a apoyar su peso sobre los pies, pero podemos comenzar a enseñarle. Para ello, le cogeremos por las axilas y le levantaremos por encima del suelo. Después, iremos bajándole hasta que sus pies toquen el suelo. Es una forma de establecer un primer contacto.

2. Ya de pie. Colocaremos al niño de pie, apoyado en un mueble (una silla, por ejemplo), soportando su peso durante el tiempo que resista sin cansarse. Al principio le veremos tambalearse y estar inseguro, y hasta tendremos que sujetarle. Poco a poco irá aprendiendo a estar de pie.

3. Ven con mamá. Nuestro hijo es como un polluelo a punto de abandonar el nido para su primer vuelo. Ya camina solo de vez en cuando y se pone de pie por sí mismo. Ahora, mientras uno de los padres sujeta al bebé, por las caderas, el otro se coloca a cierta distancia  y le anima a ira andando hasta allí. Poco a poco iremos aumentando la distancia de ha de recorrer.

4. De paseo. También podemos aprovechar el parque y los paseos para estimular esos primeros pasos. Aunque el ritmo sea mucho más cansino y lento, podemos agarrarle uno de cada mano, dejando que sea él quien ande.

Cristina Murcia

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