¿Felicitas demasiado a tus hijos por todo lo que hacen? ¿Pasas todo el día recordándoles lo buenos y únicos que son? Cuidado, puedes estar creando a un narcisista. Así lo dice un estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, que sugiere que la constante (y quizá excesiva) alabanza a los niños pequeños puede tener un efecto secundario no deseado: que el niño tenga un ego «demasiado inflado».
El problema de «egos demasiado inflados», tal y como argumenta la investigación, es que esto puede conllevar consecuencias negativas tanto durante su niñez como en la vida adulta. Y es posible que esta no sea la vida que queremos para nuestro hijo.
Estudio sobre el narcisismo en niños
«El estudio muestra que el narcisismo es mayor en países occidentales que en los no occidentales, y sugiere que los niveles de narcisismo han ido aumentando en los primeros países en las últimas décadas», explican los autores de la investigación, al tiempo que detallan cómo se ha llevado a cabo.
Según explican, el estudio quería conocer las raíces del narcisismo mediante la comparación de dos teorías. Por un lado, la del aprendizaje social, que sugiere que los niños se convierten en narcisistas cuando sus padres les sobrevaloran, es decir, cuando ven a sus hijos «perfectamente perfectos» en todo, por decirlo así, y se lo recuerdan de manera constante.
La otra teoría que han usado es la que sugiere que a los niños se les «infla el ego» en la situación contraria: cuando los niños se ponen a sí mismos en un pedestal y buscan la aprobación de otros.
Para valorar todo esto, los investigadores encuestaron a padres e hijos cada seis meses durante un año y medio. Las preguntas fueron variadas: a los niños se les preguntaba sobre su grado de acuerdo con frases como «niños como yo merecemos algo más«, mientras que a los padres se les hacía lo propio con otras que decían cosas como «mi hijo es un gran ejemplo para otros niños«. Finalmente, tanto a padres como a hijos se les preguntaba por el grado de cariño que mostraban unos a otros.
¿Qué niños eran más propensos a ser narcisistas con el paso del tiempo? Los resultados de la investigación muestran que la sobrevaloración de los padres fue el mayor predictor del narcisismo de un niño con el paso del tiempo pero, por el contrario, no predijo sus niveles de autoestima. Es decir, decirles a los niños que son excepcionales no les hace tener más autoestima, sólo más narcisistas.
La diferencia es importante. Tal y como explican los autores del informe, mientras que las personas con alta autoestima «piensan que son tan buenos como los demás», los narcisistas «piensan que son mejores que los demás». «Los niños creen esto cuando sus padres les dicen que son más especiales que los demás. Esto no puede ser bueno para ellos o para la sociedad», alertan.
Los problemas del narcisismo en los niños
Los autores del informe señalan cómo el narcisismo puede afectar negativamente a los niños. Y es que más allá de ser modestos con los amigos o familiares, el narcisismo es un rasgo que viene con una serie de problemas psicológicos y sociales, tanto en la infancia como en la edad adulta, y algunos pueden ser graves.
«Los niños narcisistas se sienten superiores a los demás, creen que tienen derecho a privilegios y anhelan la constante admiración de los otros», comentan los investigadores, que añaden: «cuando no pueden obtener la admiración que quieren, pueden arremeter agresivamente».
Además, también alertan de que los individuos narcisistas «también tienen un mayor riesgo de desarrollar adicción» y que hay ciertos «subgrupos de narcisistas», especialmente aquellos con baja autoestima, que tienen «un mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión».
El narcisismo y los genes
La investigación también recuerda que parte del narcisismo se basa en los genes, por lo que hay algo en su aparición que escaparía de nuestro control. Ahora bien, el estudio sugiere que el papel de los genes y el del medio ambiente en el que se madura tienen la misma importancia.
Esto sería positivo y negativo: si tu hijo está genéticamente predispuesto al narcisismo, es aún más importante no «inflar falsamente su sentido del valor», sino educarle con los pies en la tierra con enhorabuenas y no abusar demasiado de las alabanzas, tal y como aconsejan los autores de la investigación.
Ángela R. Bonachera