La televisión puede influir negativa o positivamente en la forma de vestir, de actuar, de pensar.. Pocos los programas muestran las cosas tal como son y no como nos gustaría que fueran, por eso es importante saber seleccionar y estar atentos para no ver normal determinadas conductas, como las relaciones sexuales fáciles, el consumismo atroz, y la falta de respeto por la intimidad de las personas.
Se conocen los riesgos de la televisión en los niños, incluso en los adolescentes (casos de anorexia) pero se piensa que poco o nada puede influir ya en los mayores de 17 años, incluso en los adultos. Sin embargo, diversos expertos y sociólogos coinciden en que está demostrada la influencia de la televisión en configurar hábitos de conductas. Ver televisión con criterio es positivo. Nos da información de lo que sucede. Sin embargo, un consumo excesivo e indiscriminado puede causar apatía general y falta de sentido crítico. Averigua si eres teleadicto.
El aislamiento televisivo
Todas las personas en general nos debemos preguntar qué es la televisión para nosotros, cuánto la necesito, si la prefiero a otra serie de actividades y si nos gusta más ver los programas solos (puede producir aislamiento) o en compañía.
Sin darnos cuenta, el exceso de exposición a los programas de televisión puede inducir a vivir exclusivamente el momento presente y a no pensar en objetivos que nos interesarían cumplir. La pequeña pantalla, con su acelerada construcción de planos y temas sin explicación intensiva, fomenta la vivencia instantánea y sin buscar demasiadas responsabilidades ni explicaciones.
Más variedad de programas en la televisión
La proliferación de canales digitales ha supuesto un respiro a la hora de buscar contenidos televisivos de calidad. Ahora se puede optar por programas de buena calidad, como documentales, series bien trabajadas, concursos o películas. Pero aún así, pasar el tiempo frente a la televisión debe ser una actividad puntual, y encenderla solamente cuando ponen algo que realmente interesa, y no verla a todas horas y haciendo zapping sin que nada llame especialmente la atención.
El perfil del teleadicto
Averigua si eres teleadicto. Ver mucha televisión, sin control, puede dar lugar al teleadicto. Algunas de sus características son:
1. Utiliza la televisión como un sedante, no como simple entretenimiento
2. Selecciona poco o nada los programas (practica ampliamente el zapping)
3. Se siente incapaz delimitar el tiempo de visión
4. Está descontento de sí mismo por ver tanta televisión.
Un estudio de la Fundación Santamaría afirmaba que la televisión, que en su momento sirvió para elevar el nivel de información, educación y entretenimiento familiar de la población, cambiando los hábitos de consumo y estilos de vida, hoy, parece que puede impulsar el individualismo y el aislamiento personal. Con la instalación del televisor en los dormitorios, se tambalea el modelo de familia que se divierte viendo juntos la televisión en el tiempo libre.
Los peligros de ser un teleadicto
– La televisión se convierte en una cómoda opción para aquellos que no cuentan con muchas ocupaciones ni se preocupan en buscarlas. Y el acomodamiento lleva a la pereza intelectual y a no buscar alternativas de ocio edificantes.
– Ver la televisión quita tiempo para otras cosas. Además de la influencia que pueda ejercer la televisión, estar frente al aparato nos quita mucho tiempo para actividades mucho más productivas, como hacer deporte, leer, pasar más tiempo con los amigos o estudiar.
– La televisión normaliza ciertas situaciones. Un riesgo de los programas que se emiten es que muchos ofrecen una visión distorsionada de la realidad, y ello puede hacer ver como normales o ideales actitudes y situaciones que no lo son.
– La televisión puede retrasar la maduración de los jóvenes. Los contenidos televisivos consumidos de forma excesiva contribuyen en cierta medida a que muchos jóvenes tarden en madurar y muestren una actitud infantil en su vida diaria. Por este motivo es importante enseñar a los jóvenes a ser más selectivos con los programas que visionan.
Teresa Pereda