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Cómo hablar de educación sexual en casa

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Si tú también te has preguntado alguna vez cómo hablar de educación sexual en casa, la primera recomendación de los expertos es hacerlo con naturalidad. Es bueno transmitir a los niños que el cuerpo humano de todos tiene las mismas características, teniendo en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres. Por este motivo, es natural que todos tengamos las mismas necesidades y que nuestro cuerpo tenga unas particularidades determinadas en función de nuestro sexo.

Pero no tenemos por qué estar constantemente mostrando nuestro cuerpo a todos los miembros de la familia, ni tampoco escondernos como algo fuera de lo normal. Por lo tanto, teniendo en cuenta esa naturalidad, cada uno tendrá posibilidad de hacer uso de su intimidad y de ser respetado.

Cómo hablar de educación sexual en casa con los niños

Estrechamente ligadas a la educación del pudor están las preguntas sobre sexo que nos comienzan a hacer nuestros hijos. Este tipo de intereses les surgen a los niños en diferentes edades, dependiendo de cómo sea cada uno. Es importante proporcionarles información y no confiar en la que puedan conseguir del exterior, sobre todo, porque hoy en día hay un bombardeo y exceso de datos en todos los temas, y éste es uno de ellos.

Además, el enfoque que se le da a la educación sexual es muy diferente según el modo y estilo de vida. Por lo tanto, es algo que debe pertenecer a la familia y que se debe transmitir teniendo en cuenta los valores propios de la ésta y el estilo educativo.

Al ser un tema que recae principalmente en la familia, se debe tratar de un modo explícito. Con ello, conseguiremos hacerlo más natural, pero tampoco es necesario adelantarnos excesivamente ni hablar demasiado sobre ello. Podemos comenzar cuando los niños son muy pequeños resolviendo sus dudas o intereses. El niño nos demandará información, y en caso que no la demande será porque no lo necesita o no le interesa. Así que no tendremos que precipitarnos.

Por el contrario, ya en Educación Primaria necesitan tener cierta información, sobre todo, de la reproducción sexual (que la recibirán en el colegio), pero además, de una educación afectiva que dependerá de los padres. Demanden o no esa información, es bueno que nosotros vayamos introduciendo mensajes de la importancia que tiene el modo en que tratemos a los demás a nivel afectivo y sexual, y de respeto a uno mismo y a los otros. Es en este momento cuando fijaremos la base para que, una vez que llegue la adolescencia, estén formados y actúen de manera coherente a esa formación.

Existen diversos materiales educativos, cuentos, películas que nos pueden ayudar a enfocar el tema pero, lo más importante que tenemos que transmitirles es que, por encima de todo, están ellos, que el placer y el disfrute no es lo único que pueden obtener y que, precisamente por ser algo tan íntimo y personal, es importante el modo en el que lo lleven a cabo.

Por este motivo, no debemos quedarnos escasos en la información que les transmitamos y debemos generarles la confianza necesaria para que nos pregunten y acudan a nosotros ante sus miedos, dudas e inquietudes sobre el tema. Por tratarse de una cuestión que les provoca pudor, tienden a acudir a sus iguales para resolver sus dudas, no obteniendo, en la mayoría de las ocasiones, su mejor respuesta. Como hemos destacado, no sólo se trata de transmitirles datos de cómo funciona la sexualidad, sino educarles también en la afectividad.

Mi niño ‘se toca’

Esta conducta es habitual cuando los niños tienen de 3 a 5 años por la necesidad que tienen los niños de descubrir su cuerpo. Hay que entender esa necesidad de descubrimiento, pero no podemos permitir que lo hagan de manera constante, de forma que se convierta en un hábito que exteriormente se puede percibir como algo mal visto.

Para ello, es bueno explicarles que no es necesario que estén realizando ese gesto continuamente puesto que puede provocar una situación incómoda en los demás. Eso sí, hay que tener cuidado porque si ven que le damos especialmente importancia, pueden llegar a realizarlo más para llamar nuestra atención. Por lo tanto, lo recomendable es explicárselo, pedirles que no lo hagan y, generalmente, omitiendo nuestra atención ante esa conducta, ésta tenderá a desaparecer.

Consejos para hablar de sexo en casa

– Actitudes que los padres debemos evitar a la hora de educar a nuestro hijo en el pudor: como puede ser desnudarle en presencia de otras personas,  no dejarle un espacio de intimidad en el servicio o mostrar su cuerpo o el nuestro libremente.

– Evita vestir de cualquier manera en casa. Acostumbra a tus hijos a vestir adecuadamente siempre, también en casa, aunque lógicamente, uno pueda ir más cómodo

– Evita expresiones soeces y chistes vulgares. Procura que los niños adquieran un léxico apropiado, si no trivializamos las situaciones que se refieren a la vida íntima.

– Actúa con naturalidad, si alguna vez descubrimos a los pequeños jugando con sus amigos a juegos en los que se están tocando entre sí o ellos solos, sin crear sentimientos de culpabilidad. Están en una fase natural de descubrimiento del propio cuerpo y no actúan con malicia o vicio.

– Establece hábitos y rutinas. Sin duda, la mejor manera de aprender y adquirir buenos hábitos relacionados con el pudor consiste en que se vivan normalmente en el propio hogar. Algunos de ellos son sencillos de llevar a cabo: cerrar el baño cuando se hace uso de él, cerrar la puerta de la habitación cuando al vestirse, etc. En caso de que el niño no cierre la puerta, los padres le animaremos a que lo haga.

Conchita Requero
Asesora: María Campo Martínez. Directora Centros Educativos Kimba

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