En los niños pequeños, el movimiento tiene numerosas repercusiones para el desarrollo normal y la personalidad del niño. Y es que la psicomotricidad gruesa participa en la elaboración y en el desarrollo de todas las funciones mentales: inteligencia, lenguaje, afectividad, conciencia…
Por este motivo, hay que procurar a los niños ocasiones de movimiento, con juegos de psicomotricidad gruesa, ejercicios para niños de 2 a 4 años, que les hagan saltar o correr…
Beneficios de la psicomotricidad gruesa para los niños
Actualmente, damos tanta importancia a la adquisición de habilidades para la escritura y la lectura, que los niños realizan muchos ejercicios de psicomotricidad fina que promueven la actividad manual, en ocasiones, en detrimento de la psicomotricidad gruesa que es muy importante para que los niños vayan mejorando su conducta motriz, pues ante la misma acción modificarán y jugarán con la velocidad, la duración, la gravedad, la masa, la intensidad, la energía…
Además, se dan cuenta de que su cuerpo no es un bloque, pues tiene brazos, piernas, un tronco, una cabeza, hombros, cadera, etc. Y pueden utilizarlos indistintamente, haciéndolos girar en todos los sentidos, hacia delante, atrás, lateralmente, etc.
El niño cuando explora sus posibilidades consigue:
– Tener cada vez más confianza, pudiendo incluso correr algunos «riesgos».
– Descubrir sus posibilidades motrices y sensoriales.
– Encontrar nuevos juegos sobre cada situación, con nuevos materiales, etc.
– Comparar sus acciones con las de los demás niños e intentar hacer los juegos de los demás.
– Intentar ligar varias acciones entre sí, creando una situación más compleja.
– Divertirse con esta actividad dinámica.
Ejercicios de psicomotricidad gruesa para niños
Las actividades de los niños de 2 a 4 años son muy variadas. A esta edad, ya se pueden colgar, trepar, desplazarse de pie, progresar a cuatro patas, ponerse al revés, apoyarse, girar, saltar, caer…
1. Como lombrices
Consiste en deslizarse casi como lombrices, colocándose estirados boca abajo, sobre una superficie sin peligro y suficientemente pulida. Luego, tirando con los brazos, se deslizarán hacia delante. También puede realizarse empujándose hacia atrás con los brazos.
2. Espalda al suelo
En este caso los pequeños se colocan boca arriba y se deslizan con la espalda por delante, estirando con los pies y con las manos. Del mismo modo, también pueden deslizarse hacia atrás empujando con los pies y con las manos.
3. Verdaderos equilibristas
Apoyándose en un solo pie y equilibrándose con las manos y el otro pie, deben aguantar en esta posición el mayor tiempo posible. También puede realizarse en posición baja, es decir, a cuatro patas, pero apoyando sólo una mano y una pierna.
4. Soy un conejito
Los ejercicios a cuatro patas son muy interesantes por sus posibilidades motrices. Por eso, vamos a convertir a los pequeños en conejitos, para que avancen de esta manera, en cuadrupedia. Pueden ir por la casa, por el campo, superando obstáculos, etc. y realizar pequeños saltos ritmados según avanzan (salto de conejo).
5. Con un banco
En un banco de los de sentarse, con las manos sobre éste se deben desplazar lateralmente. Después, lo complicaremos: con los pies sobre el banco y las manos en el suelo también deberán moverse lateralmente. Si contamos con más de un banco, pueden realizarse carreras entre los pequeños.
6. Columpiarse
Este ejercicio puede realizarse con dos taburetes o con esas barras paralelas que antes existían en los parques infantiles. Se trata de que se apoyen libremente entre los taburetes quedando colgados y que después, se columpien de forma espontánea. Este ejercicio proporciona una gran estimulación del equilibrio y de conocimiento del propio cuerpo.
7. La estatua
Ha aparecido un mago en casa y nos ha convertido en auténticas estatuas; nuestro pedestal será una silla. Los pequeños tendrán que colocar los pies sobre ésta, una mano sobre el respaldo y otra sobre la base (el asiento). Nos colocaremos cerca por si falla su sentido de equilibrio.
8. Saltar la barrera
Como si se tratara de toreros, vamos a aprender a saltar la barrera. Realizaremos el movimiento del siguiente modo: Sentados sobre el obstáculo con los brazos extendidos, se coloca un pie al lado del apoyo y se franquea después de un salto. Tienen que ser obstáculos adecuados a la edad y agilidad de los pequeños.
9. Yo, Tarzán
Para este ejercicio hace falta que dispongamos de una cuerda, que podemos colgar de cualquier árbol cuando vayamos de excursión. Tiene el éxito asegurado. deben balancearse, en suspensión, hacia delante y hacia atrás.
También es interesante que, tras balancearse, efectúen un cuarto de giro antes de soltar la cuerda.
10. Sube la pared
Desde la posición de cuatro patas, los pequeños van a convertirse en pequeños escarabajos o cangrejos que tienen que subir la pared al revés. ¿Cómo? Muy sencillo, apoyándose en las manos subirán los pies por la pared hasta donde puedan. Tras este ejercicio, también puede ensayar el quedarse completamente boca abajo, con nuestra ayuda.
Beatriz Bengoechea. Psicóloga y orientadora familiar
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