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12 consejos para ser coherente en la adolescencia

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La adolescencia es un periodo que transcurre entre la infancia y la edad adulta, caracterizada por profundos cambios. Esos cambios hacen que sea un periodo difícil tanto para ellos como para sus familias. El que antes era un niño, ahora está madurando para convertirse en un adulto y en ese proceso de maduración, ser coherente en la adolescencia debe ser un objetivo sobre el que crecer.

Pautas para conseguir ser coherente en la adolescencia

Estas son algunos de los consejos que los adolescentes y los padres de éstos deberán conocer para conseguir ser coherente en la adolescencia y superar esta etapa con éxito:

1.  Analizar si las actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien se esté. Hay que procurar siempre que, en todo lugar, se tenga la misma imagen y opinión de ti.

2.  Pensar en lo que se exige a los demás y si cada uno y corresponde, al menos, en la misma proporción.

3.  Ser cuidadoso para elegir amistades, lugares y eventos. Así, no será necesario esconderse, mentir y comportarse de forma contraria a los principio de cada uno.

4.  Evitar las trampas o cumplir con las obligaciones a medias. Aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento.

5.  Considerar la posibilidad de equivocarse. Es necesario considerar que algunas veces se puede estar equivocado, escuchar, reflexionar, informarse y corregir si es necesario.

6.  No caer en discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. Siempre hay que recordar, que si hay algo que defender o aclarar, no se debe perder la cordura, y será recomendable mantenerse sereno y comprensivo.

7.  Divertirse y pasarlo bien. Vivir de acuerdo a tus principios no significa que hay que dejar de divertirte y pasarlo bien. Ambas cosas son perfectamente compatibles, pero tienes que saber dónde están los límites.

8.  Respetar las opiniones. Nunca se debe tratar con desdén o con inferioridad a las personas que no coinciden con tus ideas. Hay que ser cordial con ellos y mostrar un trato amable.

9.  Escuchar a los demás. Tampoco hay que cerrarse en banda. Ábrete a los demás y escúchales, no dejes de hablar con ellos por las diferencias que puede haber. Además, esas diferencias pueden ser muy enriquecedoras. Eso no quita que haya determinadas personas a las que sí es recomendable evitar, porque se mueven en  ambientes que pueden llevarte a tener serios problemas.

10.  Consultar libros especializados. Muchas veces, no sabemos cómo argumentar para defender nuestra postura aunque tengamos la certeza de estar en el camino correcto. Por eso, es necesario hacerse con alguno de los muchos libros sobre ética que podemos encontrar y que ayudan a dar forma a tus ideas y a saber expresarlas.

11.  Seguir firme los principios. En ocasiones, pensaremos que ya nadie piensa según unos determinados valores y que estamos «pasados de moda». No hay que desanimarse por eso ni bajar el listón. No se trata de mimetizarse con los demás, sino de ser una persona íntegra sean cuales sean las circunstancias.

12.  Pensar antes de hablar. En algunas ocasiones es importante no apasionarse ni responder con cualquier cosa, pensar lo que se va a decir. Un buen consejo: antes de poner la lengua en funcionamiento, es bueno asegurarse de que el cerebro está conectado. Y recordar: tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de los que hablamos.

Voluntad ante todo para ser coherente en la adolescencia

Desde luego, si no se cuenta con fuerza de voluntad suficiente, es muy fácil dejarse llevar por situaciones tentadoras. Gracias a la voluntad se pone en práctica las decisiones que se toman y que son fruto de la reflexión. De este modo, vivimos según lo que pensamos y no al revés.

Una de las características esenciales de la persona con éxito es el convencimiento de que ella decide, elige y dirige su propia vida. Por ello, el adolescente debe tomar decisiones, acostumbrarse a elegir entre opciones, a dirigirse hacia una meta con paso firme. El conformismo es un mal amigo que debilita. La debilidad puede hacer que tiren por lo bajo y que peligren sus valores e integridad. No nos conformamos con cualquier cosa y buscamos la excelencia en las acciones. No se trata de ser perfeccionista, sino de sopesar las ventajas y desventajas de las opciones que se presentan y decantarse por lo bueno.

Teresa Pereda

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