La diabetes gestacional tiene un gran riesgo durante el embarazo. Una falta de control implica futuros problemas, tanto para el bebé como para la madre: un elevado peso del recién nacido y una mayor predisposición a que la madre padezca una diabetes tipo 2. Por ello, mantener unos buenos hábitos de vida tras el embarazo es clave para evitar que esta diabetes reaparezca tras dar a luz.
Los riesgos de la diabetes gestacional
La diabetes gestacional implica un gran riesgo durante el embarazo porque, si no está controlada, puede comportar diferentes patologías como abortos espontáneos, un elevado peso al nacer o una mayor predisposición a la obesidad.
Los últimos datos indican que el 66 por ciento de los hijos de madres con diabetes gestacional padecerá obesidad en un futuro. Sin embargo, las consecuencias para la madre son más silenciosas e igualmente importantes: debido al aumento de azúcar en sangre, la madre puede desarrollar hipertensión arterial, aumentando el riesgo de padecer problemas cardiovasculares y, si no controla su peso ni adopta unos buenos hábitos de vida tras dar a luz, la diabetes gestacional puede acabar provocándole una diabetes tipo 2.
Recientes estudios dan la voz de alarma sobre el elevado número de casos de diabetes gestacional, 208.000 cada año, detectados en Europa. Unas cifras que aumentan, según las últimas investigaciones, porque cada vez más mujeres en edad fértil sufren obesidad (21,1 % en España), entre otras causas. Por este motivo, los buenos hábitos durante el embarazo sean imprescindibles para evitar problemas futuros.
La importancia de los buenos hábitos tras el embarazo
Ante esta situación, la pérdida de peso y la incorporación de unos hábitos de vida saludables tras el parto, son cada vez más necesarios para evitar que aparezca una diabetes tipo 2 de forma permanente en las madres.
La diabetes tipo 2 es la más común dentro de esta enfermedad. Dura toda la vida y se caracteriza por los altos niveles de azúcar en la sangre desarrollando lo que se llama, resistencia a la insulina. Por lo general, la mayoría de las personas con esta enfermedad tienen sobrepeso en el momento del diagnóstico ya que es el aumento de grasa, entre otras cosas, el que dificulta al cuerpo el uso de la insulina de manera correcta.
Esto hace que cuidarse tras el parto sea realmente importante, ya que perder peso y adoptar un estilo de vida que devuelva los niveles de azúcar en sangre a la normalidad, puede evitar que la diabetes gestacional se convierta en una diabetes tipo 2 permanente.
Pese a que después de dar a luz los niveles de azúcar en sangre suelen volver a la normalidad, hay que procurar evitar riesgos, sobre todo si se padece sobrepeso en la zona abdominal. Precisamente, la grasa acumulada en la barriga es la causante de la diabetes tipo 2 y, además, es el tipo de grasa que más aumenta con un embarazo. Por ello, una buena alternativa para evitar una diabetes tipo 2 es instaurar la lactancia materna, un método natural por el que la madre disminuye el nivel de grasa, y adoptar un estilo de vida saludable que estabilice los niveles de azúcar.
En manos de un médico
Aunque está en manos de la madre comenzar a llevar una vida saludable durante y después del embarazo, la mejor opción es ponerse en manos de un médico y realizar una analítica que determine si se padece diabetes tipo 2 o si aún se está en un estado de pre diabetes, para marcar qué tipo de tratamiento es el más adecuado. En el caso de que la diabetes o el estado de prediabetes se confirmen, es recomendable elegir un tratamiento de pérdida de peso específico para diabéticos y que pierda peso reduciendo la grasa visceral.
Patricia Núñez de Arenas
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