Cuidar de una mascota puede ser el escenario perfecto para cultivar algunos valores en los niños. Los pequeños comprenden que los animales, así como todos los seres vivos, requieren de cuidados, respeto y atención. Tomar conciencia de las diversas necesidades de los seres vivos y sus múltiples maneras de expresarlo despierta su sensibilidad y les enseña a actuar con tolerancia y respeto hacia los demás.
En general, las mascotas apoyan el desarrollo de la comunicación y la convivencia en las familias: pueden convertirse en un nexo de unión y en una buena excusa para pasar tiempo juntos mediante el adiestramiento, los paseos, darle de comer, etc.) Estos son algunos de los beneficios que se vuelven a poner de manifiesto con motivo del Día Mundial de los Animales, que se celebra el 4 de octubre.
Tener una mascota ayuda a que los niños aprendan a ver sus necesidades y a responder en función de lo que sus mascotas necesitan. Este aprendizaje favorece el desarrollo de la comunicación no verbal del niño con otros seres vivos, y a la vez potencia su empatía. Será una buena forma de aprender a ponerse en el lugar del otro y de desarrollar habilidades relacionales básicas.
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Las mascotas y el rendimiento escolar
Algunos padres piensan que comprar una mascota a sus hijos es una buena excusa para que comiencen a adquirir responsabilidades. De alguna manera, los padres creen que así sus hijos aprenderán a ser responsables en otro tipo de situaciones como, por ejemplo, el momento de realizar las tareas escolares. Adquirir una serie de hábitos como la responsabilidad o el esfuerzo mientras cuidan de su mascota, contribuirá a que tengan un mayor rendimiento escolar.
Sin embargo, las mascotas no deben ser vistas siempre como herramientas para solucionar problemas o dificultades de la familia. En el caso de los niños con problemas de rendimiento escolar, tener una mascota a veces puede que no sea la solución al problema. Es cierto que el cuidado de una mascota puede ayudar al niño a desarrollar hábitos e inculcarle responsabilidad o compromiso por sus mascotas y eso le ayude a ser responsable en el resto de sus tareas.
Pero, en algunas ocaciones, un mal rendimiento en el colegio no siempre se va a solucionar con una mascota. Es importante conocer las causas que están afectando el rendimiento escolar antes de pensar en que hacerse cargo de un ser vivo es sinónimo de que al niño le irá bien en el colegio. En ocasiones, un niño que no es responsable normalmente con sus tareas escolares, puede iser responsable en el cuidado de una mascota pero descuidar el resto de sus obligaciones.
Así, la decisión de integrar una mascota a una familia debe ser tomada después de meditarlo mucho. El cuidado de las mascotas implica trabajo, organización y compromiso por parte de toda la familia. Por eso, antes de tomar esta decisión, hay que tener en cuenta que si la familia está atravesando un momento de mayor estrés o tenga un horario muy apretado, quizá no sea el momento de hacerse cargo de una mascota. En situaciones así, una mascota podría convertirse en un elemento de carga más que en un elemento beneficioso.
Un apoyo terapéutico para los más mayores
Los adultos también se ven beneficiados al tener una mascota:
1. Ayudan a expresar mejor las emociones. Las personas mayores que tienen una mascota en casa expresan mejor los afectos y las emociones, mejor de lo que a veces son capaces de hacerlo con sus iguales.
2. Evitan el sedentarismo. Tener una mascota exige que esa persona mayor desarrolle actividades que implican un movimiento: sacarlos de paseo, llevarlos al veterinario, etc. Cumplir con estos cuidados como algo rutinario les permite mantenerse activos todos los días, y tener, de alguna manera, un horario que cumplir.
3. Suplen deterioros físicos. En algunos casos, una mascota puede suplir deterioros físicos de las personas mayores, tales como los auditivos: les avisan si suena el teléfono o si alguien llama a la puerta. Esto va hacer que las personas mayores se sientan seguras y aumenten su confianza, ya que, de alguna manera, así se sienten protegidos.
4. Son una compañía. Los animales, normalmente, son incondicionales. Pueden servir a sus dueños como un elemento de compañía que cubra los momentos de mayor soledad. Es lo que se considera un apoyo anímico: les acompañan y les hacen sentir que les importa a alguien, convirtiéndose en una forma de alejar la depresión o la soledad.
Patricia Núñez de Arenas
Asesoramiento: Verónica Navarrete. Docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico
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