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Pesadillas, cómo consolar a los niños

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Las pesadillas no se pueden prevenir, pero si podemos ayudar a nuestros hijos a dormir mejor e impulsarles a tener buenos sueños. En la mayoría de los casos, esta fase se supera sola antes de los 6 años, o mucho antes si se trata debidamente. Hace falta encontrar un punto intermedio entre tranquilizar al niño y no reforzar sus temores.

Ignorar los temores de los niños no es una buena idea ya que el mensaje que se transmite es de falta de interés y cariño, pero por otra parte no hay que darles extrema atención ya que esto puede incrementar la frecuencia de las pesadillas.

Para consolar a los niños tras una pesadilla, hay que ser pacientes y encontrar de entre las diferentes estrategias alguna que ayude a diluir estos miedos. Con cariño y paciencia, los niños superarán con éxito esta fase. En general, las pesadillas ocurren de vez en cuando, pero si el niño duerme pocas horas debido a sus pesadillas, o las pesadillas recurrentes vienen acompañadas de emociones intensas o problemas comportamentales, lo mejor es consultar con un médico.

Pautas para consolar a los niños después de una pesadilla



1. Asegúrate de que sus miedos son genuinos y reales. Muchas veces, el objeto temido puede ser un monstruo o un fantasma, pero otras veces puede ser algo más inocente como una mosca o un pájaro. Aunque algunos miedos parecen más racionales que otros, todos generan malestar. Aunque un adulto se tranquilizaría pensando que todo fue un sueño o que no presenta una amenaza real, hay que recordar que, a estas edades, aun están aprendiendo a diferenciar que es real y que no lo es.

2. Acude cuando el niño llore por una pesadilla. Si la habitación de nuestro hijo se encuentra lejos, quizás es buena idea instalar un monitor por las noches. Una vez junto a él, es importante consolarle con palabras de apoyo, abrazándole o acariciándole la espalda. Quédate un rato hasta que tu hijo se calme. Si se encuentra particularmente afectado, es posible que haga falta realizar alguna de sus actividades favoritas como leer un libro o cantarle una canción. Si el niño quiere hablar sobre su sueño, escúchale e incluso motívale a cambiar el final de sus sueños por algo feliz o gracioso.

Muchas veces, la solución más fácil es dejarles dormir con nosotros en nuestra cama, pero ésta no es una solución a largo plazo. Si la pesadilla ha creado mucha ansiedad, entonces hará falta que uno de los padres se quede hasta que se vuelva a dormir, aunque, a la larga es mucho mejor para el niño que aprenda a dormir en su cama.

Marisol Nuevo

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