Los niños son curiosos por naturaleza, descubren el mundo que les rodea y es normal que estén más distraídos. Le hablas y parece tener la mente en las nubes, pierde sus juguetes, se olvida la mochila… Tu hijo está siempre en su mundo. ¿Qué puedes hacer para que sea menos despistado? Ciertas situaciones preocupan a los padres, pero existen estrategias que pueden ayudar a que estén más atentos y concentrados.
Para poder educar y ayudar a los niños que presentan conductas de distracción, hay que averiguar las causas de su despiste. La más frecuente de todas ellas es la creatividad. Los niños más despistados suelen presentar una apabullante imaginación con la que construyen mundos fantásticos, casi siempre más interesantes que el real.
Los niños despistados suelen ir bien en clase, pero se aburren con facilidad, y a veces tardan en terminar sus tareas o las realizan a medias, porque están soñando despiertos. Suelen concentrarse en lo que les resulta interesante o novedoso y necesitan de estímulos constantes para aprender y centrar su atención.
Pautas para corregir al niño despistado
Para estimular la memoria de los niños y evitar despistes, los padres podemos poner en marcha algunas recomendaciones que pueden resultar muy útiles a los niños despistados:
– Limita los mensajes. Se cerrará en banda si le sepultas bajo una avalancha de preguntas. Espera a que te cuente cómo le ha ido el día y si no suelta prenda, crea momentos que favorezcan las confidencias.
– Mírale a los ojos. Establece la comunicación con la mirada y luego haz el pedido que necesites. Si tienes que decirle algo importante, acércate a él, tócale el hombro y mírale a la cara. Si estableces contacto visual con él es más probable que te escuche.
– Planifica sus tareas. Explícale con detalle la actividad que quieres que realice y hazle repetir la explicación. Es conveniente primero darle una orden y luego una vez que haya concluido con la misma, solicitarle otra tarea.
– Dale órdenes afirmativas. Dile lo que debe hacer en lugar de lo que no quieres que haga. Y usa afirmaciones cortas, nunca preguntas. Es mejor decir: «Recoge tu cuarto», en lugar de «no seas desordenado» o «¿por qué no recoges tu cuarto?».
– Interésate por su mundo. Intenta conocer sus sueños y fantasías, pregúntale qué significan sus dibujos, ayúdale con sus inventos* Evitarás que se encierre en sí mismo.
– Favorece su sociabilidad. Es probable que le baste con tener un amigo o que tienda a quedarse en casa. Procura que juegue con otros niños y que haga deporte, llévale a menudo al parque e invita a sus compañeros a casa.
-Despeja su mente. Estimula actividades que requieran concentración, como las cartas o los rompecabezas. También es bueno que te ayude con algunas tareas de la casa, como la cocina.
– Felicítale a menudo. Cólmale de elogios si termina los deberes o te obedece a la primera. Y no le castigues por estar todo el día en las nubes. Al fin y al cabo, es un pequeño genio.
Noelia de Santiago Monteserín
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