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Tener un hijo favorito

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A la pregunta de ¿a qué hijo quieres más?, los padres responden casi de manera mecánica que «a todos por igual». Sin embargo, de manera involuntaria y sin mala intención, algunos padres pueden mostrar mayor predilección por uno de sus hijos convirtiéndose en el favorito. El favoritismo hacia uno de los hijos puede crear rivalidad entre los hermanos, deteriorar la autoestima del hijo menos favorecido y afectar a la armonía familiar.

Consecuencias del favoritismo en los hijos

– Ser el hijo menos favorecido puede condicionar el comportamiento que tendrá el niño cuando sea adulto.

– Los niños que se sienten menos queridos dentro del núcleo familiar son más propensos a desarrollar baja autoestima, ansiedad y depresión.

– Al sentirse menos querido que su hermana o hermano, se portará mal para tratar de llamar la atención de sus padres.

Lo que no deben hacer los padres

Poner a los hijos a competir

Es por aquí donde comienza la rivalidad entre los propios hermanos. Un ejemplo es cuando se le exige a un hijo que sea tan exitoso académicamente como lo es su hermano. Esto es ya es un referente inadecuado.

Comparar a los hermanos

Todos tienen puntos fuertes y débiles, y en lugar de compararlos, se les puede animar a apoyarse mutuamente.

Buscar el lugar dentro de la familia

La ubicación dentro de la estructura familiar no debe ser un argumento para preferir a uno de los hijos. Cada uno es un fragmento de un «todo» y así se les debe transmitir.

Lo que sí deben hacer los padres

Conocer a cada hijo

Cada hijo es un ser único e inigualable, con necesidades diferentes, por lo tanto la forma de educarlos y de amarlos variará de uno a otro.

Tener en cuenta a los hijos

Cada hijo se debe sentir amado, valorado y tenido en cuenta. Los padres deben demostrarle a cada hijo lo importante que es para la familia, lo que aporta, sus cualidades y capacidades.

Ser la autoridad para todos

Exigir a todos por igual en cuanto al manejo de la autoridad, por ejemplo, el trato respetuoso entre ellos; hacia los padres, profesores. También en las labores en la casa, ajustadas a la edad.

Dedicar tiempo exclusivo a cada hijo

Las múltiples ocupaciones de los padres de hoy, muchas veces hacen que olviden lo valioso que es compartir tiempo con los hijos de forma individual. Se propone por tanto, separar un momento a solas con cada uno. Este es un ejercicio que permite conocerlos en su intimidad, fortalecer el vínculo y la comunicación.

Noelia de Santiago Monteserín

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