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Cómo aprender a ser sociable desde la cuna

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La sociabilidad empieza a partir de los pocos meses del bebé y surge por la relación que tiene con los demás. Una de las claves de este aprendizaje será la imitación de sus padres. Por ello, debemos enseñarles a escuchar, hablar, observar y a tener un trato correcto con los objetos, para fomentar de manera eficaz su desarrollo psíquico, intelectual, afectivo y emocional.

Cuándo empieza la sociabilización

Desde la cuna ya puede empezar  el proceso de sociabilidad. Los niños que pocas veces ven caras nuevas terminaran siendo más introvertidos y les costará relacionarse con otras personas. Desde bien pequeños podemos acostumbrarles a tener una buena conducta.

Los padres, educadores de la sociabilidad.

Gran parte de la habilidad que posee una persona para comunicarse con los demás de la manera correcta se debe a la cantidad de práctica que haya tenido. Es decir, cuando un niño de año y medio se acerca a sus padres para contarles una historia, éste espera una respuesta de acogida.

Entre los cuatro y siete años, tiene lugar la edad de los porqués. Durante esta etapa, al niño le encantará aprender y tendrá un gran entusiasmo por saber hacer bien las cosas. Por ello, es importante enseñar con cariño y paciencia al niño para contribuir a su desarrollo psíquico, intelectual, afectivo y emocional. Su saber estar de joven o de adulto dependerá de la atención que le hayan dado sus padres en la infancia.

Saber escuchar. Cuando un niño nos habla lo importante es la actitud de escucha que demostremos para que así adquiera la costumbre de comunicarse con sus padres.

Hablar. Una de las claves del aprendizaje es la imitación. Si queremos que nuestros hijos hablen con corrección, hablémosles con corrección. Es importante hablarles en un tono elegante de voz y utilizar expresiones como: por favor, gracias, perdón… Para que ellos terminen asimilándolo por imitación.

– Observar. Serán atentos si desde pequeños les ayudamos a que observen. En los tres primeros años de la vida de un niño se produce el despertar de los sentidos y es el momento adecuado para desarrollar esta capacidad.

Educar la sociabilidad en familia

La educación de los buenos modales empieza en la familia. En la convivencia con los hermanos adquieren experiencia de vida, desarrollan su generosidad y estrechan lazos.

El nivel de trato y convivencia entre hermanos depende del afecto que se tengan. Cualquier alteración del estado de ánimo puede irse al trate con la más elemental cortesía. No hay que poner el grito en el cielo porque de vez en cuando haya alguna serie de roces entre los hermanos. Ni los hijos ni los padres son perfectos.

Los objetos personales y la sociabilidad

Es propio que en ciertas edades, casi lo único que escuchemos de los niños sobre todos los objetos que lo rodean sea un «mío, mío». Tienden, por norma general, a desarrollar el instinto de posesión. Por eso debemos de estar atentos de que los hijos aprendan:

– A respetar las propiedades de sus hermanos y de los demás

– A ser generosos y a prestar las cosas.

– A usar los bienes materiales con señorío, sin dejarse esclavizar.

La mejor época para que el niño aprenda a relacionarse con los demás a través los objetos ronda los dos años.

Noelia de Santiago Monteserín

Asesoramiento: José Fernando Calderero, doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense. Autor del libro: Educar para la convivencia. Las relaciones sociales de los niños de 2 a 7 años, de Editorial Palabra. 

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