Los niños desobedecen a sus padres llegando a convertir esta conducta en una situación frecuente y cotidiana en los hogares. Frases como: «Ahora voy», «que sí, que sí, en cinco minutos», «¡que no te había oído!» tienden a convertirse en el himno de la casa. La respuesta del «no» a todo desemboca siempre a lo mismo: la tarea por hacer y los padres molestos.
La etapa comprendida entre los 6 y los 12 años edad es la idónea para educar la virtud de la obediencia. Un niño obediente sabrá hacer las cosas que se le piden sin esperar nada a cambio y se desarrollará en un ambiente pacífico y saludable. Para evitar posibles conflictos es importante que los padres sepan actuar de la forma adecuada.
Cuando el niño desobedece en casa
– No te escucha cuando pides algo.
– No se quiere ir a acostar.
– Se pelea continuamente con sus hermanos.
– Contesta mal.
– No se pone a estudiar a la hora convenida.
– No recoge su cuarto.
– Discute cuando le encargas algo.
– Obedece refunfuñando y con mala cara.
– Se busca todo tipo de excusas para no obedecer.
– Cumple pero solo si le das algo a cambio.
Cuando el niño desobedece en el colegio
– No sigue las indicaciones del profesor.
– Reta o discute con el profesor.
– No respeta las normas de clase o del colegio.
– Lleva a cabo aquello que le hemos prohibido.
– Hace estrictamente lo que se le pide aplicando la «ley del mínimo esfuerzo».
– Demora continuamente las tareas que le pones.
– Se niega a interrumpir una conducta cuando se lo pides.
– Dice que va a cumplir pero luego no lo hace.
¿Por qué el niño desobedece?
– Autoafirmación. A la edad de dos o tres años los niños padecen una crisis de oposición. Se ven como una persona diferente a los adultos con capacidad de independencia. Por ello, para afianzar su personalidad intentan imponer sus leyes y sus órdenes. A esta edad el niño «disfruta» poniendo a prueba la autoridad de sus padres.
– Llamar la atención. Cuando el niño se siente poco atendido o querido, es posible que muestre desobediencia para reclamar la atención de sus padres, profesores o compañeros.
– Celos o envidia. Ante la llegada de un hermano puede reaccionar mediante conductas negativas para convertirse en el centro de atención.
– Inseguridad e inestabilidad. El niño se puede mostrar rebelde e indisciplinado si está continuamente expuestos a riñas y discusiones entre sus padres.
– No sentirse aceptado. Si no se siente querido por sus compañeros o profesores podrá manifestar comportamientos indisciplinados.
– Falta de estímulos. Si el niño no es estimulado con actividades llegará a aburrirse y se pasará el tiempo molestando mediante conductas negativas.
Ser obediente: se nace o se hace
Muchos padres se lamentan de que su hijo es desobediente y se preguntan las causas que les habrá provocado comportarse así. Que un niño sea obediente o no, no es cuestión de suerte. El niño aprenderá a ser obediente en función de los estímulos que le dan los padres y de cómo reaccionan ante su comportamiento.
Cuándo es normal que el niño desobedezca
La falta de obediencia es un problema frecuente y normal en las primeras etapas de la infancia y va desapareciendo con la edad.
– Entre los 3 y 5 años, el niño empieza a comprender la obediencia. Es el momento idóneo para aprender. Debes de enseñar al niño de forma inteligente y con libertad sin que realicen la tarea por miedo a un castigo. Se deberá exigirles a cumplir las normas con razonamiento.
– Entre los 9 y 10 años, se encuentran en la segunda fase de rebeldía. Es decir, nace en ellos el espíritu crítico ante sus padres y profesores. Los baja de su pedestal y empiezan a analizarlos con ojos críticos sus fallos y sus defectos. A partir de este momento, para conseguir que obedezcan, habrá que conseguir su respeto.
Noelia de Santiago Monteserín
Asesoramiento: Teresa Artola, doctora en Psicología y Master en Educación Familiar. Autora del libro Claves Educativas de 6 a 12 años, de Editorial Palabra.
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