Millones de personas se desplazarán durante este verano a destinos nacionales o internacionales, pero irnos de vacaciones no es sinónimo de despreocupación por nuestra salud. Nuestra primera responsabilidad comienza a la hora de hacer el equipaje: antimosquitos, un calzado cómodo y transpirable, un botiquín con medicamentos de autocuidado y protectores solares no deben faltar.
«En vacaciones, rompemos la rutina a la que nuestro organismo está habituado. Practicamos nuevas actividades, nos exponemos de una manera mucho más intensa a agentes naturales como el agua o el sol y, si viajamos a destinos lejanos o exóticos, nuestro cuerpo ha de adaptarse en un tiempo récord a las condiciones ambientales, a los nuevos horarios y a la gastronomía del lugar. Esto no siempre es fácil», afirma la doctora Garre, asesora médica de Laboratorios Cinfa.
Consejos para unas vacaciones saludables
– Protege tu piel. Estemos en la playa o en la montaña, en vacaciones siempre pasamos más tiempo al aire libre. Exponer tu piel demasiado tiempo al sol y sin protección puede provocarte quemaduras. Nuestra piel no olvida. Ante todo, debemos evitar exponernos a las radiaciones desde las 12 del mediodía hasta las 4 de la tarde. Por ello, no debe faltar en tu maleta todo tipo de protectores de factor 30 o superior que te protejan frente a las radiaciones UVA y UVB. Y para completar, no te olvides del sombrero y las gafas de sol.
– Aumenta el consumo de fruta y verdura en tu dieta. El cambio de aires y alejarse de la rutina diaria y alimentaria hacen que el estreñimiento sea un compañero habitual. Para evitarlo, refuerza los alimentos ricos en fibra, las frutas y verduras. Realizar un poco de ejercicio también favorecerá al tránsito intestinal.
– Cuida tus pies. La Asociación para el Cuidado de la Salud (ANEFED) recomienda prestar especial atención al cuidado de nuestros pies, ya que es una de las partes de nuestro cuerpo que más daños presenta en verano. Debido a las visitas a la piscina o a la playa, el cambio de calzado y el exceso de sudoración, es común presentar talones ásperos, rozaduras o ampollas. ¿Cómo evitarlo? Fácil, utiliza un calzado más cómodo, transpirable, con algo de amortiguación y que no ciña excesivamente el pie. Además, para completar el cuidado, puedes hacer uso de limas o «piedra pómez» que te ayudaran a aliviar posibles inflamaciones del pie y a eliminar células muertas. También es fundamental el uso de chanclas en zonas comunes o piscinas para evitar el desarrollo de hongos.
– Bebe mucho líquido. En verano debemos vigilar muy concienzudamente nuestra hidratación. Por ello es importante saber cuándo, cómo y cuánto hay que beber. Ingerir como mínimo dos litros de agua es importante, tanto si lo que queremos es combatir al calor o hacer frente a los problemas intestinales.
– Usa ropa holgada y muévete. Usar ropa ceñida desfavorece la circulación de nuestro cuerpo provocando la sensación de piernas cansadas y la retención de líquidos. Si hacemos viajes largos, ya sea en coche, tren o avión, es importante mover los pies y piernas para favorecer la circulación, paseando si es posible o realizando giros de tobillos.
– No permanezcas con el bañador húmedo. La ropa húmeda tras el chapuzón ayuda al crecimiento de bacterias que pueden provocarnos cistitis o infecciones del tracto urinario, por lo que debemos ponernos ropa seca cuanto antes.
– Evita a los mosquitos. Les encantan los aromas dulces e intensos, por ello prescindiremos de colonias o jabones con estas características. En zonas con mayor proliferación de mosquitos es conveniente usar ropa que cubra toda la piel, recurrir de mosquiteras en las habitaciones y, sobre todo, aplicarnos repelente de mosquitos.
– Prepárate contra las enfermedades tropicales. Si tu destino estas vacaciones es un lugar exótico y paradisiaco debes acudir un par de meses antes a un Centro de Vacunación Internacional para informarte sobre las precauciones necesarias a seguir.
– Ten listo tu botiquín. Agua oxigenada, desinfectantes cutáneos, gasas esterilizadas y esparadrapo te ayudarán a limpiar y curar en el acto cualquier herida. Los analgésicos, antigripales, antidiarreicos y antihistamínicos no pueden faltar.
Noelia de Santiago Monteserín