Un estudio realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha revelado que los padres descuidan la protección solar infantil cuando sus hijos superan los 10 años de edad. Y es que los padres tienden a estar más pendientes de la protección y exposición al sol de sus hijos en las edades más tempranas, sin tener en cuenta que el capital solar de la piel se agota con cada exposición sin protección.
A medida que los niños crecen, y sobre todo, a partir de los 10 años, la constancia de los padres en cuanto a protección solar se ve disminuida, según revela el estudio de realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Esto provoca, según indica la AECC, que los niños pierdan los hábitos de protección solar que «deben continuar en sucesivas etapas de la vida». Estos datos forman parte de la campaña de protección solar y prevención del cáncer de piel que ha iniciado la AECC en la que recuerda a la población que «los niños no solo están expuestos al sol en época estival». Así, el 32,3 por ciento de los menores de 15 años están expuestos al sol en el patio del colegio y, «sin embargo, el 36 por ciento de ellos no lleva ningún tipo de protección«.
Protección solar también para los jóvenes
La AECC asegura que los jóvenes entre 16 y 24 años se encuentran entre el grupo de población más vulnerable a los efectos dañinos del sol «por no haber adquirido hábitos de protección solar«. En este sentido, casi el 50 por ciento de los entrevistados ha reconocido estar expuesto al sol en las horas centrales del día, «justo cuando las radiaciones son más intensas», y son los que menos importancia dan a los diferentes tipos de protección.
A pesar de estos datos, el estudio del Observatorio del Cáncer, encargado de realizar este estudio, desvela que existe «conciencia general» de que el sol puede generar quemaduras, cáncer de piel y envejecimiento de la piel. En definitiva, «se aprecia que los mensajes de prevención y riesgos del sol van calando en la conciencia de la población, pero en la práctica aún se hay cosas que mejorar».
La AECC recuerda que uno de los factores de riesgo del melanoma es «la radiación ultravioleta, fundamentalmente por exposición inadecuada al sol o a otras fuentes artificiales, como las lámparas bronceadoras de ultravioletas», de modo que las radiaciones ultravioletas actúan sobre la piel predisponiendo a la aparición de tumores cutáneos. Así, se ha observado que el melanoma «aparece con más frecuencia en zonas del cuerpo expuestas al sol», y que hay mayor número de melanomas en las latitudes más cercanas al ecuador.
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