La idea popular de que las mujeres resisten mejor el estrés que los hombres tiene una explicación científica, tal y como han descubierto investigadores de la Universidad de Buffalo, en Nueva York, y describen en un artículo que publica la revista ‘Molecular Psychiatry’. Es gracias a los estrógenos.
«Hemos examinado el mecanismo molecular subyacente en el género en los efectos específicos del estrés», dice el autor principal Zhen Yan, profesor en el Departamento de Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas de la UB. «Estudios previos han encontrado que las mujeres son más resistentes al estrés crónico y ahora nuestra investigación ha dado con la razón», añade.
El estudio muestra que en las ratas expuestas a repetidos episodios de estrés, las hembras responden mejor que los hombres debido al efecto protector de los estrógenos. En el ánalisis de la UB, jóvenes ratas hembra expuestas a una semana de tensión periódica de restricción física no mostraron deterioro en su capacidad de recordar y reconocer los objetos que habían sido mostrados previamente, mientras los machos jóvenes expuestos a la misma tensión veían afectada su memoria a corto plazo.
La cantidad de estrógeno influye en el estrés
El año pasado, Yan y sus colegas de la UB publicaron en la revista ‘Neuron’ un documento que muestra que el estrés repercute en la pérdida de los receptores de glutamato en la corteza prefrontal de los varones jóvenes. El documento actual muestra que el receptor de glutamato en la corteza prefrontal de las hembras estresadas está intacto.
Los resultados proporcionan más apoyo a un creciente cuerpo de investigaciones que demuestran que el receptor de glutamato es el blanco molecular de la tensión, que media en la respuesta al estrés. Los factores de estrés utilizados en los experimentos imitan experiencias difíciles y estresantes, pero no peligrosas, a las que se enfrentan los seres humanos, tales como los que causan frustración y sentimientos de estar bajo presión, explicó Yan.
Mediante la manipulación de la cantidad de estrógeno producida en el cerebro, los investigadores de la UB fueron capaces de hacer que los hombres respondan al estrés más que las hembras. «Cuando se bloqueaba la señalización de los estrógenos en el cerebro de las hembras, el estrés mostró efectos perjudiciales sobre ellas –subraya Yan–. Cuando la señalización de estrógenos se activó en los hombres, se bloquearon los efectos perjudiciales del estrés».
«Todavía encontramos el efecto protector de los estrógenos en ratas hembras cuyos ovarios fueron retirados», subrayó Yan, quien concretó que esto sugiere que podría ser el estrógeno producido en el cerebro el que protege contra los efectos perjudiciales del estrés. En el estudio actual, Yan y sus colegas encontraron que la enzima aromatasa, que produce estradiol, una hormona de estrógeno en el cerebro, es responsable de la capacidad femenina de resistencia al esfuerzo y que los niveles de la aromatasa son significativamente más altos en la corteza prefrontal de ratas hembra.
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