MADRID, 03 Diciembre, 2012
La alergia alimentaria es el doble de frecuente en niños que en adultos, según han afirmado los expertos que han participado en la reunión internacional ‘Excellence in Pediatrics’, que ha celebrado estos días en Madrid.
En concreto, aseguran que ésta afecta a alrededor del ocho por ciento de los niños y adolescentes, mientras que la afectación de media en España es del 3,5 por ciento. Por ello, y a tenor de estos datos, confirman que la incidencia de esta enfermedad «ha aumentado en los últimos años».
Como explicación, el vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor Antonio Nieto, sostiene que «las mejoras en los diagnósticos han permitido detectar más casos». Esta coyuntura también ha repercutido en la posibilidad de «controlarlos de forma precoz», subraya.
En cuanto al momento de los ataques alérgicos, el experto indica que «la mayoría» de ellos se producen en el colegio, «al ser el lugar donde pasan más horas al día». Por ello, lamenta que «ni el profesorado ni el personal de los centros educativos cuente con la formación suficiente para manejar correctamente casos que pueden llegar a ser potencialmente graves».
ES NECESARIO INFORMAR A LOS EDUCADORES
Nieto apuesta por informar a los centros educativos sobre «qué es, porqué se produce, cómo se detecta y cómo se actúa en caso de una reacción alérgica». A su juicio, con prevención y tratamiento de urgencia «se podría evitar llegar a situaciones en las que la vida del niño puede correr peligro».
Respecto a ellas, observa que «pueden afectar a todo el organismo, provocando un proceso denominado anafilaxia, que puede incluso resultar mortal». Los signos más frecuentes de este proceso, que también ha aumentado su prevalencia, suelen ser «síntomas cutáneos como urticaria y angioedema, junto con la afectación de sistemas como el respiratorio, cardiovascular o digestivo», apunta.
Los alimentos que destacan como las causas alimentarias más frecuentes en los casos de anafilaxia, especialmente en menores de cinco años, «son la leche y el huevo», aseguran los especialistas. No obstante, a medida que los niños crecen pueden desarrollar sensibilizaciones a víveres como el pescado, la fruta o los frutos secos.
Por ello, estiman como fundamental un adecuado diagnóstico «para evitar dietas restrictivas que puedan provocar déficits nutricionales». Así, en los menores con alergia a múltiples alimentos es necesaria «la coordinación entre el pediatra, el nutricionista y el alergólogo», concluye Nieto.