MADRID, 29 Noviembre, 2012
Dos de cada tres colegios españoles tiene al menos un niño con riesgo de sufrir anafilaxia –reacción alérgica a alimentos, medicamentos o picaduras de insectos– y, sin embargo, la mayor parte no están preparados para garantizar su seguridad, denuncia la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), que ha elaborado un decálogo con medidas para que el personal escolar sepa cómo actuar ante una crisis.
Las alergias afectan a una cuarta parte de los niños escolares europeos, reducen su calidad de vida y pueden repercutir en su rendimiento escolar. «Hay alumnos que padecen al mismo tiempo distintas enfermedades: rinitis alérgica, asma, eccema y alergia a los alimentos y las reacciones pueden desembocar en anafilaxia o incluso muerte, pero las escuelas no están preparadas para ello», ha explicado el doctor Juan Carlos Cerdá, coordinador de Educación Sanitaria de la SEICAP.
«La falta de seguridad en la escuela viene derivada porque no existe un programa de formación que debería incluir a las familias y a los profesionales de la educación y de la salud», ha señalado este experto, quien ha abogado por garantizar «que el niño alérgico esté bien identificado y que el personal docente y no docente está entrenado y formado para saber cómo actuar».
Los alergólogos pediátricos aseguran que debería existir un protocolo de actuación y de prevención. «Las escuelas deben indagar sobre enfermedades alérgicas entre los nuevos alumnos, tener un informe médico en el que venga detallado el diagnóstico y el tratamiento y cuidar ante todo la adecuada evitación de los alérgenos. En muy pocos colegios se cumple», ha señalado.
PROHIBEN LLEVAR BRONCODILATADORES
Por otro lado, este experto ha denunciado que existen centros en los que no permiten que los alumnos lleven la medicación de urgencia. «Es inadmisible que un niño con asma no pueda ir a la escuela con el broncodilatador. Pero también hay centros donde el personal escolar se niega a administrarla por cuestiones legales», ha señalado.
Según las regulaciones actuales, el profesor no tiene un deber específico en términos de protección de la salud del menor, con lo cual no está autorizado a administrar la medicación. «El debate está entre la responsabilidad legal del profesor y la necesidad de cuidados y derecho a la intimidad del niño. Por eso debería existir una legislación específica para el alumnado alérgico», ha dicho.
Los alergólogos pediátricos desde el grupo de Educación Sanitaria de SEICAP luchan porque la seguridad y protección del niño alérgico estén garantizadas. De momento se ha conseguido implantar el programa Alerta Escolar en Galicia, gracias a un acuerdo entre la Consejería de Sanidad y Educación.
Así, la escuela informa a la Fundación Pública Urgencias Sanitarias de Galicia-061 de quienes son los niños que tienen matriculados con alergia u otras patologías como diabetes o epilepsia y éstos son registrados en una base de datos.
En el caso de que uno de los niños sufra alguna crisis, el profesor debe facilitar su nombre y apellido para poderlo identificar en la base. De esta manera, conocen no solo su patología sino las complicaciones que se pudiesen presentar mientras la asistencia sanitaria llega al centro. Además existe detrás una formación al personal del colegio. «Queremos conseguir que este sistema se implante en toda España porque está funcionando muy bien y puede salvar muchas vidas», ha señalado.