Las familias europeas se encuentran en pleno proceso de cambio. La tasa de fecundidad ha descendido, cada vez las mujeres tienen hijos más tarde, y ha aumentado el número de separaciones y el de familias monoparentales, así como el de aquellas que carecen de ingresos estables.
A su vez hay una mayor esperanza de vida lo que conlleva un envejecimiento de la población y un incremento de personas mayores dependientes.
La Unión Europea se enfrenta a una situación complicada teniendo en cuenta que ningún Estado miembro alcanza el umbral de la sustitución generacional, a pesar de que únicamente Francia e Irlanda están cerca de lograrlo. Por eso, para Pierluigi Brombo, administrador principal de la sección de ciudadanía, conciliación y empleo del Comité Económico y Social de la Unión Europea «el éxito familiar debería formar parte de los objetivos de la sociedad» según recalcó en la Lección Anual de Familia organizada por The Family Watch.