Durante el verano, hay que prestar especial atención a la hora de cuidar de la salud de los dientes de los más pequeños: la rotura de piezas dentales debido al aumento de actividad, como los juegos en la orilla de la ‘pisci’, las carreras en bici y otras actividades propias del buen tiempo, así como las caries derivadas del consumo de bebidas azucaradas y helados, son motivo más que suficiente para estar alerta e, incluso, programar una visita al dentista antes de la vuelta al ‘cole’.
De hecho, y tal y como nos explica el Dr. Germán Zarandieta, odontólogo de las clínicas dentales Sanitas, es más difícil ‘reparar’ una pieza dental que se ha roto en el caso de un niños, ya que los implantes diseñados para los adultos no son recomendables hasta que se completa definitivamente el desarrollo bucodental, sobre los 18 ó 20 años.
Durante el verano también se produce un aumento de caries y enfermedades periodontales. Los culpables: las bebidas azucaradas, los helados -responsables a su vez de la molesta sensibilidad dental- y la tendencia a ingerir alimentos entre horas o comer fuera de casa, que a menudo no va acompañada del consabido cepillado.
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