MADRID, 19 Julio
En la recta final de la educación obligatoria, con quince años, un estudiante canario o andaluz medio tiene unas competencias que están, aproximadamente, un curso y medio por debajo que las de un estudiante de Castilla y León o Madrid.
Es la contundente conclusión a la que llega un estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas que ha analizado detenidamente, y por Comunidades Autónomas, los resultados del informe PISA 2009.
Antonio Villar, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y coordinador del informe es claro al respecto: «En un sistema educativo que en teoría es único para todo el país no se entiende que las diferencias sean tan grandes». Pero lo son, mayores incluso que la diferencia, también preocupante, entre los resultados obtenidos por España y otros países de la OCDE.
Para elaborar el informe, los investigadores han desarrollado un indicador agregado a partir de los datos de PISA, bautizado como Índice de Desarrollo Educativo, que mide el resultado de países y CC.AA. en términos de rendimiento (las puntuaciones obtenidas por los estudiantes en las pruebas de PISA), equidad (la relación entre el rendimiento y el entorno socioeconómico del estudiante), y calidad (la proporción de estudiantes que alcanzan las puntuaciones más altas, descontando los que no llegan al aprobado).
En términos de equidad, España se encuentra muy bien situada, con un nivel superior a la media de la OCDE y por encima de muchos países europeos como Alemania, Francia o Reino Unido. En definitiva, tal como explica Villar, «el sistema español es equitativo y fomenta la igualdad de oportunidades entre estudiantes».
En cuanto al rendimiento la cosa empeora. Estamos por debajo de la media de la OCDE, y con uno de los peores resultados de la Europa de los 15 (solo están peor Austria y Luxemburgo). Pero el verdadero problema llega al valorar el campo de la calidad. No sólo estamos muy por debajo de la media: la diferencia es abismal respecto al resto de países. Por cada buen estudiante que aparece en el sistema educativo español -que obtiene una puntuación de 5 o 6 en las pruebas de PISA, lo que equivaldría a un notable o sobresaliente- en Alemania habría dos, en Bélgica tres, y en Finlandia más de cuatro.
Los datos no son mejores en cuanto a los estudiantes con más problemas. España tiene un fracaso escolar del 36,6%, mientras que la media del total de la OCDE es del 17,4%. El número de repetidores y estudiantes que abandonan los estudios es similar en todas las comunidades -sólo Navarra presenta unas cifras significativamente más bajas- pero no la presencia de alumnos excelentes. Por cada estudiante de Andalucía, Canarias o Baleares con sobresaliente o notable, en Castilla y León, Madrid, La Rioja o Asturias hay hasta cuatro. En Finlandia habría diez.
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