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Sólo 17 de cada mil jóvenes españoles sale fuera a estudiar, sobre todo por falta de financiación y miedo

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MADRID, 9 Julio

Sólo 17 de cada 1.000 jóvenes españoles salen fuera del país para estudiar, según los resultados de la campaña ‘Juventud, Empleo y Formación en la UE’ que las instituciones europeas en España han realizado entre abril y junio en varias ciudades y en las redes sociales, y de los que han informado este lunes el director de la Representación de la Comisión Europea en España, Francisco Fonseca, y el vocal asesor de la Secretaría de Estado para la UE, Asís Moreno.

En la campaña, que ha llevado información sobre las diferentes opciones de formación y experiencia profesional en el seno de la UE por varias ciudades españolas, han participado 3.500 jóvenes, de cuyas intervenciones se ha concluido que «España es uno de los países de la UE con menor porcentaje de movilidad juvenil», ya que sólo 17 de cada 1.000 estudiantes se plantean moverse para buscar nuevas experiencias fuera del territorio nacional.

Así, el 85% de los jóvenes no han salido nunca del país para estudiar y sólo el 6,9% lo han hecho para trabajar, fundamentalmente por la falta de financiación, por el desconocimiento de idiomas, por las excesivas trabas burocráticas y por el «miedo» de dejar España. Todo ello a pesar de que el 72% de los encuestados reconocen que es más fácil encontrar trabajo en otro país y de que más del 80% se siente europeo –el 18%, más europeo que español–, según datos de Eurostat.

En concreto, el 80% de los jóvenes vallisoletanos no han tenido ninguna experiencia de formación en el extranjero y sólo el 6% han trabajado fuera. En el caso de Valencia las cifras quedan en un mero 25% de estudiantes que han salido al extranjero y un 7% de quienes han salido a trabajar; mientras que en Cataluña se registra un 32% de estudiantes y un 11,8% de trabajadores en el extranjero.

Por su parte, el 36,7% de los jóvenes sevillanos estudian ofertas laborales fuera de España, la tasa más alta del país, frente al 30,1% de los valencianos y el 28,6% de los vigueses. La mayoría de los jóvenes catalanes «no se plantea ir a estudiar o a trabajar a otro país de la UE a pesar de la situación económica que atraviesa España», añade el informe.

«EL ERASMUS ES COMO LOS REYES MAGOS: SON LOS PADRES»

Los jóvenes que han participado en la iniciativa han coincidido en los principales obstáculos a la hora de decidirse a salir fuera, fundamentalmente a estudiar.

Así, la escasez de las becas se cuenta entre las quejas más generalizadas. «Ya sabéis lo que dicen: las becas Erasmus son como los Reyes Magos: son los padres», comentaba uno de los participantes en las charlas. Sin embargo, las actuales circunstancias económicas hacen poco posible que los Estados miembro participantes en esta red de intercambio académico vayan a ampliar las partidas, y tampoco resulta fácil la homogeneización en las cantidades que se aportan según el país o la universidad de procedencia.

Según Fonseca, la gestión de la política educativa reside en los gobiernos nacionales, por lo que la UE no tiene capacidad para recomendar ni pedir cantidades equivalentes a todos los socios europeos. Lo que sí se está estudiando es poder ampliar el acceso a estas becas a jóvenes mayores de 30 años o que las personas sin titulación puedan optar a este tipo de programas, cosa que ya sucede, por ejemplo, con los estudiantes de Formación Profesional.

«Financiar el cien por ciento de las estancias no creo que sea la solución más adecuada. Hay mecanismos para compensar (los ingresos), así que eso me preocupa poco», ha añadido el responsable de la CE en España, poniendo como ejemplo su propia experiencia cuando hace 30 años, «mucho antes del Erasmus», se marchó a Bruselas a mejorar su formación.

MAL NIVEL DE IDIOMAS

El desconocimiento de idiomas es otro de los grandes obstáculos que causan reticencias en la juventud española a la hora de salir del país, por lo que los encuestados han reclamado del Ejecutivo comunitario una «mejora en el sistema educativo español para igualar el nivel al de otros países europeos» así como «cursos intensivos a precios económicos».

Asimismo, el 94% de los encuestados asegura no haber usado nunca los programas formativos de la UE por desconocimiento o por la complejidad de los requisitos, y también han criticado la descoordinación existente en los calendarios de solicitud de becas y la convocatoria de otros trámites necesarios, como el de convalidación de títulos de idioma o universitarios.

El miedo derivado de la falta de información práctica o a ser discriminado o mal recibido, así como a encontrarse situaciones «nuevas y desconocidas en las que no sabrían cómo desenvolverse» se cuentan también entre los obstáculos señalados por los jóvenes, que reconocen no obstante que en la sociedad española existe un «excesivo proteccionismo y dependencia familiar» que tampoco ayudan.

En cualquier caso, la campaña europea ha sido «positiva», según ha asegurado Asís Moreno, ya que «el 90% de los participantes aseguran haber cambiado su percepción de la movilidad europea una vez han recibido información detallada sobre los programas que existen», tanto para estudiar fuera como para hacer prácticas, conseguir experiencia de emprendimiento o conseguir un trabajo.

QUE SEA UNA OPCIÓN, Y NO UNA OBLIGACIÓN

Sin embargo, muchas de las aportaciones de los participantes en la campaña apuntaban a una falta de oportunidades en profesiones no vinculadas con la ciencia y la tecnología, que tienen «una oferta muy escasa».

Además, reclaman que la decisión de salir al extranjero sea «una opción y no una obligación» por la falta de oportunidades en España. En este sentido, entre las quejas recogidas durante la campaña se cuenta que «fuera de España no se valorase más su trabajo» y también las dificultades para regresar tras la experiencia formativa o profesional.

En este sentido, Francisco Fonseca ha negado que los actuales movimientos laborales en el seno de la Unión sean equiparables a los movimientos migratorios de los años 60 y 70, ya que «la emigración es un concepto vinculado a la extranjería y a la salida del mercado nacional». «Y los europeos no somos emigrantes; nuestro espacio es el de Europa», ha dicho.

Así, ha cifrado en aproximadamente unos 10.000 los jóvenes españoles salen del país cada año con estos objetivos, aunque las estancias rara vez superan el año, y la diferencia entre inmigrantes y emigrantes en España apenas llegó a las 60.000 personas el pasado año.

LA CAMPAÑA EN LAS REDES SOCIALES

La campaña, que se ha desarrollado bajo el lema ‘No me paro’, también ha tenido su reflejo en las redes sociales, con más de 400 aportaciones enviadas de forma telemática, 1.200 seguidores en Facebook y más de 11.800 reproducciones de los vídeos colgados en el portal de YouTube.

Para el director de la Representación de la CE en España este tipo de iniciativas y programas son muy importantes para el país que detenta el «triste récord» de paro juvenil en la UE, con prácticamente el 50% de jóvenes desempleados frente al 20% de media comunitaria.

«Esto no es imputable a la juventud española, que está más preparada que nunca y a la cabeza de participación en los programas de intercambio, con un 12% frente al 8% europeo. Así que es importante que el Gobierno y las instituciones europeas entiendan por qué», ha señalado, poniendo así en valor la campaña y sus resultados.

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