MADRID, 27 Junio
El 72 por ciento de los adolescentes que acuden a un concierto de música pop experimentan una reducción en su capacidad auditiva, según un estudio publicado en junio por la revista americana ‘Otology & Neurotology‘ y dirigido por doctora del House Clinic y del House Research Institute, M. Jennifer Derebery.
Y es que, según las cifras de previsión de asistencia a los conciertos estivales que se organizan en España, el número de jóvenes afectados por este fenómeno superará el millón entre los distintos escenarios que comienzan a sonar desde este mes.
En estos eventos, los decibelios (dB) se disparan –normalmente se sitúan en más de 140 dB– y es habitual que los visitantes noten una pequeña pérdida de audición tras más de tres jornadas de música en sesiones superiores a las dos horas. No obstante, la pérdida auditiva que se produce en este tipo de eventos no causa daños permanentes y habitualmente desaparece pasadas unas 16 o 48 horas siempre que no se superen los 85 decibelios.
«Los adolescentes tienen que entender que una sola exposición a ruidos intensos, ya provengan de un concierto o de un reproductor de música con auriculares puede causar una pérdida auditiva. Y es que, con múltiples exposiciones a ruidos de más de 85 decibelios, las pequeñísimas células ciliadas pueden dejar de funcionar y ocasionar pérdida de audición permanente», advierte Derebery.
EL 53,6 POR CIENTO RECONOCE NO OÍR IGUAL QUE ANTES
En el estudio participaron treinta adolescentes que estuvieron sentados frente al escenario entre las filas 15 y 18 durante un concierto de música pop y a los que se les animó a que utilizaran tapones de espuma, pero solo tres adolescentes decidieron utilizarlos. Se tomaron 1.645 mediciones durante las 26 canciones interpretadas registrándose intensidades entre 82 y los 110 dB, con un promedio de 98,5 dB, lo que significa que el nivel superó los 100 dB durante 10 de las 26 canciones.
Así, una vez terminado el concierto, el 53,6 por ciento de los jóvenes reconocieron que no creían oír igual que antes y el 25 por ciento informó de que experimentaban acúfenos o zumbido en los oídos que no tenían antes del concierto.
Además, según datos de las encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NHANES) 2005-2006, un 20 por ciento de los adolescentes presentaban al menos una ligera pérdida auditiva, lo que supone un incremento de un 31 por ciento sobre las cifras anteriores de estudios de los años 1988 a 1994.
Por todos estos motivos, la organización ‘Clave’ recomienda a los jóvenes que se alejen de la fuente sonora, se protejan los oídos, utilicen los reproductores con auriculares a un volumen tal que no pueda oír la persona que esté junto al usuario.
Por último recuerda que las lesiones permanentes se producen cuando la persona se expone durante más de ocho horas a 85 decibelios, más de 4 horas a un nivel de 88 dB, cuando está más de dos horas escuchando música a 91 decibelios o, incluso, cuando se somete durante sólo 7,5 minutos a volúmenes de unos 103 decibelios.