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Lavarse las manos con frecuencia, no usar cosméticos ajenos o cambiar a diario las toallas previene la conjuntivitis

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MADRID, 23 Mayo

Lavarse las manos habitualmente, no utilizar cosméticos de otra persona, cambiar a diario las toallas y procurar no compartirlas con otras personas o usar gafas para protegerse del sol, del polvo o para nadar ayuda a prevenir la aparición de conjuntivitis, según asegura el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.

Asimismo, se recomienda a las personas que padecen conjuntivitis alérgicas que eviten exponerse a ambientes con polvo, a animales domésticos o a agentes irritantes que agraven los síntomas, como por ejemplo el humo y el cloro de las piscinas, que limpien y aspiren frecuentemente las superficies de la casa para eliminar los agentes alérgenos, y que mantengan cerradas las ventanas y las puertas en los días en que se concentre mucho polen en el ambiente, al igual que las ventanillas cuando se viaje en coche.

Además, los expertos señalan que para prevenir la aparición de esta patología es importante que no se salga a pasear por el campo o por parques, donde suele haber una mayor concentración de polen, se utilicen gafas para montar en bicicleta, se compren aparatos de aire acondicionado que dispongan de filtros específicos para el polen y humidificadores y que se acuda al óptico-optometrista ante cualquier problema o duda.

Según explica el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral, los principales síntomas de la conjuntivitis son «picor, quemazón, enrojecimiento, fotosensibilidad, sensación de cuerpo extraño y lagrimeo excesivo». Por tanto, la clave para prevenirla es extremar la higiene, sobre todo en el caso de los usuarios de lentes de contacto, las personas alérgicas o que padecen ojo seco y, especialmente, los niños.

En concreto, la conjuntivitis es una inflamación o infección de la conjuntiva relativamente frecuente. Suele estar causada por una infección vírica o bacteriana o bien puede deberse a una reacción alérgica a agentes irritantes en el aire –como el polen y el humo–, al cloro y otras sustancias químicas del agua de las piscinas o a los componentes de cosméticos u otros productos que entran en contacto con nuestros ojos.

Asimismo, según su causa, esta patología se clasifica en conjuntivitis alérgica –muy frecuente en personas propensas a las alergias estacionales– y la conjuntivitis infecciosa. Esta última puede ser como consecuencia de una infección causada por bacterias presentes en la propia piel, el sistema respiratorio o transmitida por insectos o por el contacto físico con otras personas, y por una infección vírica.

Además, existe un tipo de conjuntivitis tóxica que suele estar causada por agentes irritantes como la polución presente en el aire, el cloro de las piscinas u otras sustancias nocivas.

USUARIOS DE LENTES DE CONTACTO

Los usuarios de lentes de contacto son uno de los colectivos que deben extremar las precauciones con la llegada del verano y seguir las recomendaciones del óptico-optometrista en cuanto al cuidado de las lentillas.

Así, en el caso de padecer alergias, conviene evitar los ambientes caracterizados por el calor, la sequedad o el polvo y las actividades al aire libre, como cortar el césped porque las diminutas partículas de hierba pueden quedarse atrapadas tras la lente, provocando incomodidad.

Además, es recomendable quitarse las lentillas a la hora de bañarse en el mar o la piscina para evitar que las bacterias se queden atrapadas entre el ojo y la lente.

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